«Europa es ahora nuestro mercado de trabajo, no hay que limitarse a España», aseguraba a Levante-EMV Miquel Peiró Sendra, que recibió el Premio Ingeniero Joven que concede cada año el Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de la Comunitat Valenciana. Con una vida laboral plenamente encarrilada, pese a su juventud, el consejo que Miguel Peiró lanza a las nuevas hornadas de jovenes ingenieros es que «no tengan miedo ni vergüenza a salir de España, porque la gente sale muy preparada de las facultades».

Peiró Sendra abandonó hace ocho años su Gandia natal, tras estudiar en la Escuela de Caminos de Valencia, para realizar un máster de posgrado especializado en estructuras y puentes en París, en l´Ecole Nationale des Ponts et Chaussées. Y lo hizo pese a que «mi primer idioma era el inglés y no el francés». Al final del máster (que concluyó como primero de su promoción) ya inició su colaboración con la consultora Setec (1.200 trabajadores), como ingeniero de estructuras en la filial de edificios singulares, «que le permitieron aprender rápidamente el trabajo de proyectista en Francia y familiarizarse con los cálculos de estructuras de hormigón y estructura metálica y la resolución de problemáticas específicas», explican desde el Colegio de Caminos.

Hasta que en 2006 llegó su proyecto «estrella». Miquel Peiró entró a formar parte del equipo que concibió la «Fondation Louis Vuitton pour la Création», una «construcción de arte contemporáneo diseñada por el arquitecto canadiense Frank Gehry, cuya arquitectura se caracteriza por la realización de geometrías irregulares y muy presentes en el urbanismo de las ciudades», como el Guggenheim de Bilbao o el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, recuerdan desde el Colegio. En junio de 2007, Miquel Peiró fue nombrado jefe de proyecto de estructuras, del edificio que es «una sucesión de formas libres donde llaman la atención los volúmenes diáfanos resueltos por grandes luces e importantes voladizos y doce grandes pétalos de vidrio, cuya estructura en madera y acero se apoya con ángulos muy variables sobre la estructura principal del edificio, con cargas de 300 toneladas de media que llegan a superar las 1.500 toneladas».

La experiencia adquirida le llevó a madurar la idea de crear una ingeniería nueva Bordas+Peiró«con métodos de trabajo diferentes y carácter innovador», en colaboración con otra ingeniera catalana, Anna Maria Bordas, con la que ya realiza numerosos trabajos como la nueva estación de alta velocidad en Susa para el equipo formado por Benedetta Tagliabue o un estudio de viabilidad de una cúpula de 80 metros en Sudáfrica para Arcelor. Por ahora no se plantea regresar a España. «Hay ganas de volver, pero tardaremos», explica, porque en Francia «la situación está más estabilizada» que en España y porque, además de su trabajo en la consultora, también da clases de estructuras desde 2007 en la Escuela de Arquitectura de Marne la Vallée.