«La solución a la crisis no puede ser solamente económica. La economía no nos va a dar la salida, al contrario, habrá más recortes y con ellos más pobres». Este es el pensamiento en voz alta que ofreció ayer el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, en el foro de debate «Consecuencias de la crisis económica: mirando hacia el futuro» que organiza el Club Diario Levante. Bajo el título «El anuncio necesario para nuestra sociedad», el prelado cántabro defendió «la necesidad de volver a creer en Dios», de recuperar los valores cristianos, «pues no puede haber desarrollo sin Dios».

En el mismo escenario en el que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, aportó su visión sobre la actual crisis y, el próximo 31 de mayo, lo hará el nuevo secretario general del PSPV, Ximo Puig, el arzobispo Osoro destacó que ante un sistema económico «en el que la concepción de la persona humana se olvida, surge una sociedad con totalitarismos y necesidades». En este sentido, aseguró que toda crisis económica y política «va acompañada de una ruptura de valores».

Osoro recalcó que las consecuencias humanas y la persistencia de la actual crisis que padecemos nos demuestran que «la economía no es capaz de recuperarse por si sola si no hay un cambio de los valores de referencia». «La economía —añadió— no se soluciona sola, como han pensado los partidarios de la teoría de la ‘mano invisible’», en referencia al liberalismo económico.

Entre los asistentes a la conferencia destacaba la presencia del presidente de las Corts, Juan Cotino, el rector de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, José Alfredo Peris, y el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Valencia, Cristóbal Grau. Las palabras de Osoro también fueron seguidas por el consejero delegado de Editorial Prensa Valenciana, José Manuel Vaquero, el subdirector general de Gestión de la empresa editora de Levante-EMV, Francesc J. Guixà, y el gerente de la misma, Miguel Miró, así como por el director del periódico, Ferran Belda.

En su defensa de la doctrina social de la Iglesia, que presentó como el «humanismo pleno, el anuncio del amor de Cristo a la sociedad», el arzobispo, incidió en que «sólo con los recortes no se arreglan las cosas». «No bastan medidas técnicas ante la crisis, ya que la economía ha de apoyarse en una ética que haga posible el desarrollo humano», dijo. Apostó por situar el humanismo social de la Iglesia en el centro del debate: «Hay que recuperar la ‘Civilización del Amor’ basada en la solidaridad, la caridad y la justicia, un antidoto contra el egoísmo».

El arzobispo animó a lograr una «economía ordenada al bien común» como camino necesario para salir de la crisis, y reclamó una mirada solidaria sobre «las víctimas» de la recesión: «los desempleados, y la especial incidencia del paro en las familias, así como los inmigrantes».

Sobre estos últimos, Osoro criticó que Europa «cierre fronteras y con políticas de retorno a sus países incentive la expulsión de los que ‘sobran’ como si fueran un desecho no retornable». También alertó de que estas políticas «estigmatizan al colectivo inmigrante», al que durante los años de bonanza «se usó como mano de obra precaria para hacer los trabajos que no queríamos para nosotros».

«Dando esperanza a la gente»

Sobre la respuesta que está dando la Iglesia valenciana a la crisis, el máximo responsable de la Archidiócesis, reveló que «cada día las parroquias valencianas dan de comer a 100.000 personas». «Y no podemos hacer más porque han dejado de llegar las subvenciones», lamentó. «Cuando a Cáritas llegan personas a las que no podemos dar comida porque se nos ha acabado, les escuchamos, intentamos ayudarles... La Iglesia está dando esperanza a la gente, pues al preocuparse ella algo de esperanza se mantiene», concluyó el arzobispo.