El colegio mayor Lluís Vives de la Universitat de València, que cierra sus puertas sin un destino en julio tras más de cincuenta años como residencia estudiantil, celebró ayer su última asamblea colegial a la que le siguió una cena, promovida por su director José María Goerlich Peset.

Como señala la página web del centro que lleva todo el curso realizando la cuenta atrás: "Nos quedan 36 días" y continuan "sin saber a ciencia cierta cuál es el futuro" de estas instalaciones, ubicadas en el campus de Blasco Ibañez en un edificio racionalista proyectado por Javier Goerlich.

El último alumno residente saldrá el próximo 15 de julio aunque el cese de actividad definitiva se producirá el 31 de julio y estará abierto unos días más en agosto mas para su cierre total.

En plena crisis económica, la Universitat no puede hacerse cargo de unas instalaciones obsoletas ni de su reforma así como tampoco del coste que supone la explotación del colegio mayor, según informes realizados. El curso próximo estará abierto para actividades culturales y, en un futuro, podría estar gestionado por una empresa privada.