Un pequeño gorgojo, el Stenopelmus rufinasus, ha salvado a la Albufera de la enésima amenaza provocada por las especies exóticas e invasoras. En medio de la incertidumbre sobre el grado de expansión del pez siluro en el lago, la confirmación de que la la plaga de de Azolla filiculoides puede ser controlada gracias a la presencia de uno de sus depredadores naturales ha sido recibida con alegría por los gestores del parque.

La conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente proyecta reproducir el gorgojo en cautividad y tener ejemplares suficientes por si fuera preciso extender su poblaciones en aquellos lugares donde la Azolla se instale sin su depredador.

La Azolla filiculoides es un helecho invasor procedente del centro y sur de de América que fue detectado por primera vez en la Comunitat Valenciana en verano de 2007 en la desembocadura del Carraixet. En 2008 se localiza en la marjalería del grao de Castelló y en la marjal de Rafalell-Vistabella.

En 2009 la azolla llega a la marjal de Almenara y a l'Albufera y en apenas unas semanas invade casi todos los cauces naturales que vierten al lago entre los términos de Valencia y Alfafar. La expansión de este pequeño helecho, que primero tapiza de verde el agua para adquirir más tarde un tono rojizo, similar al que debió inspirar en Egipto la plaga que tiñó de rojo el Nilo, ha sido imparable desde entonces en las cinco zonas afectadas- tres en Valencia y dos en Castelló.

Fracaso

Los métodos manuales empleados por la conselleria han sido insuficientes. Se colocaron barreras flotantes de contención para evitar la dispersión y se extrajo el tapiz flotante mediante pértigas de entre 4 y 5 metros de longitud con un salabre de malla fina colocado en el extremo. En zonas de fácil acceso se llegaron a utilizar excavadoras y donde la planta se quedaba en seco se usaba un herbicida basado en glifosato.

Ninguna de estas medidas tuvo la eficacia esperada hasta el punto de que Medio Ambiente asegura que los resultados de las campaña dirigida a la erradicación de la Azolla "no compensan el esfuerzo realizado".

El gorgojo está aquí

Sin embargo, tras una primera fase de expansión en el Carraixet, el helecho prácticamente desaparece tras una riada, al igual que en Rafalell-Vistabella.

En la Albufera de Valencia, la azolla pasa de una explosión inicial con 173.542 hectáreas a estabilizarse en torno a 94.855 has. en 2012. Estos datos, indican en la conselleria, les hicieron pensar en la presencia de un depredador natural.

En enero de 2012-explican técnicos de Medio Ambiente- se realiza una salida de campo acompañados por Dick Shaw, uno de los principales especialistas mundiales en control biológico de plagas que se encontraba en Valencia participando en un congreso.

En esta prospección se confirmó la presencia de Stenopelmus rufinasus, lo que explicaría los descensos y oscilaciones de la población de azolla.

Según fuentes de a conselleria de Infraestructuras y Medio Ambiente, de los cinco espacios afectados por la azolla solo en el marjal de Castelló no han aparecido muestras del coleóptero. La conselleria pretende trasladar a la marjalería ejemplares de Stenopelmus rufinasus. Los técnicos de la conselleria están convencidos de que gracias a este coleóptero y con el apoyo de otras medidas, la población de azolla puede permanecer bajo control en los humedales donde se reproduzca.