La "revisión" del presupuesto destinado a los tratamientos de reproducción asistida en los hospitales públicos que prepara el Ministerio de Sanidad afectará a casi 3.000 parejas de la Comunitat Valenciana, que se verán obligadas a gastar entre 1.500 y 6.000 euros para poder tener un hijo; coste de la asistencia en los centros privados.

Los últimos datos oficiales -publicados hace dos meses en la edición 2011 del Libro Blanco de la Infertilidad de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF)- avalan que un total de 1.501 bebés valencianos llegaron al mundo en 2010 gracias a técnicas de reproducción asistida.

En el 72 % de los casos -892 niños- lo hicieron en las instalaciones de un centro privado: el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), sufragando las consultas con recursos propios.

El 38 % restante -609 alumbramientos- son nacimientos que tuvieron lugar en hospitales públicos como La Fe, el Clínico o el General de Alicante. Las parejas pertenecientes a este último colectivo son las que se verían perjudicadas por la decisión del Gobierno, ya que tendrían que pagar de su propio bolsillo un tratamiento hasta ahora gratuito. Teniendo en cuenta que la tasa de éxito en procesos de reproducción asistida registra una media del 50 %, serían, al menos, más de 1.200 las familias afectadas cada año. Sin embargo, el número de damnificados no se queda ahí. A mediados del mes de abril del año pasado, 1.779 parejas de la C. Valenciana formaban parte de la lista de espera para poder recibir un tratamiento, con demoras de hasta 23 meses. En total, cerca de 3.000 parejas perjudicadas por un nuevo recorte social.

De hecho, los largos períodos de demora -junto al endurecimiento de criterios para aceptar a pacientes o el uso de técnicas más avanzadas en el sector privado- son uno de los factores que llevan a muchas familias a acudir a los especialistas del IVI.

"La OMS reconoce la esterilidad"

Amparo Ruiz es la directora del IVI en Valencia. Consultada por Levante-EMV, apuntó que "la esterilidad es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sería una pena que se recortara el presupuesto para estos tratamientos. La decisión no está tomada, pero lo que está claro es que todo el mundo tiene derecho a ser atendido".

La crisis causa que afrontar el importe de las consultas pueda convertirse en una pesada losa para muchas familias. Sobretodo en un contexto en el que la decisión de ser padres se toma cada vez más tarde. Ruiz explicó que "muchas mujeres se plantean ser madres una vez se han asentado en su entorno laboral. El ratio de pacientes mayores de 40 años que han acudido a nuestra clínica en los últimos 5 años ha crecido en un 40%. La infertilidad es una realidad social y los usos imponen un retraso a la hora de forma una familia. Nosotros no estamos para cambiar a la gente, sino para dar soluciones a sus problemas".

La directora comentó que "aunque contamos con pacientes de todos los niveles y tipos, las parejas que más vienen a nuestro centro están formadas por una mujer mayor de 36 años y un compañero con edad más variable. Ambos trabajan -o lo hacían antes de la crisis- y han dado importancia a su formación. Ahora quieren ser padres y encuentran dificultades".

Una vez acuden por primera vez al centro, las parejas son examinadas y reciben un tratamiento personalizado: "en los procedimientos de reproducción asistida no deben existir estándares, sino que nos tenemos que amoldar a cada caso. El nivel de fecundidad en mujeres mayores de 38 años baja mucho, ya que el cuerpo usa los mejores óvulos en períodos fértiles. Es un período de selección natural".