Una veintena de alumnos de diferentes cursos del colegio público número 103 de Valencia, que estudian en barracones en un solar junto a la avenida de Francia, ha sufrido la picadura de insectos o de arácnidos en los últimos días.

"Dos niños afectados han ido al pediatra y les han dicho que pueden ser pulgas o arañas. Al final, las solución que se ha adoptado por Sanidad es matar un gato, aunque todavía no lo han hecho", señaló ayer María Jesús Algás, miembro de la asociación de padres y madres de alumnos del colegio y del consejo escolar (AMPA).

La entidad presentó una reclamación a la Inspección de Educación, que, a su vez, lo trasladó a la directora del centro, quien ayer no quiso informar a este diario y remitió al gabinete de prensa de la conselleria. Ésta solicitó la intervención de los técnicos municipales, que es la institución encargada del mantenimiento del colegio público.

Sin embargo, el de las picaduras no es el único problema de este conjunto de aulas prefabricadas. Las humedades y el embozo de los retretes son una constante cotidiana, según la representante del AMPA.

Ante esta situación, los padres, que advierten que acudirán a los tribunales de justicia, han enviado instancias a los máximos responsables, tanto del Ayuntamiento de Valencia como de la Conselleria de Educación, las Corts y la Sindicatura de Greuges, exponiendo "las graves deficiencias" en la red de aguas fecales ubicada en los barracones, ya denunciadas hace un año "sin que se hayan subsanado las causas" apuntan. Los alumnos llevan cuatro años en instalaciones provisionales que "no reúnen requisitos ni condiciones" y sufren una plaga de insectos, lamenta el AMPA.