Un grupo de profesores universitarios de Derecho Constitucional de toda España ha creado la plataforma Constitucionalistas por la Democracia. La iniciativa, de la que forma parte el catedrático de la Universitat de València Roberto Viciano, muestra su "preocupación" por los recortes en el poder de decisión de los ciudadanos y, por ende, en la democracia. Viciano explica a Levante-EMV los postulados de esta nueva iniciativa ciudadana.

Su primer escrito como plataforma proclama sin tapujos que la democracia está en peligro...

La democracia, entendida como un sistema en el que los ciudadanos mandan, está en extinción. Hoy en día no se oculta en el discurso político que las decisiones las toman los mercados, cuando los que las deberían tomar son los ciudadanos.

¿Qué hay que cambiar de la Constitución?

Se debe cambiar lo que la gente quiera. Lo que nos parece a las personas que nos juntamos en esta plataforma es que se debe abrir un debate porque esta Constitución ha entrado en crisis, es papel mojado. Hemos estado construyendo un Estado social durante 25 años y lo hemos perdido en cinco y sin preguntar a los ciudadanos.

Pero en la actual situación de inestabilidad, ¿se puede cambiar la Constitución?

La Constitución se puede modificar siempre que los ciudadanos quieran. El problema es que nuestro texto constitucional no pueden cambiarlo los españoles, y eso es un contrasentido. Sólo se puede reformar a petición de las Cortes. Además, no tiene ningún sentido que continúe un pacto coyuntural hecho hace treinta y cuatro años que redujo mucho la participación directa del pueblo.

Pero la Carta Magna sí que se ha modificado recientemente para incluir el límite de déficit.

Ese pacto entre el PP y el PSOE sí que es grave. Se ha hecho una reforma del artículo 135 y se estipula que se tiene que hacer frente antes a los intereses de la deuda que a otras necesidades del Estado. Es imposible mantener un Estado social con esta modificación. Lo han cambiado sin debate y sin un referéndum. Hay una apelación a la Constitución del consenso cuando interesa a las élites y cuando no, se reforma sin preguntar.

¿Impide la Constitución un referéndum en Cataluña?

Sin ningún problema se puede plantear una consulta en una comunidad autónoma para preguntar a la gente sobre alguna cuestión de interés. Lo que no se puede hacer es una declaración de independencia. Eso sí que es inconstitucional.

Tampoco se han tenido muy en cuenta las iniciativas legislativas populares en estos treinta y cuatro años de Constitución.

La mayoría de ILP ni siquiera son debatidas en el Congreso y ése es el único instrumento de los ciudadanos para proponer legislación. Estamos en una crisis de la democracia. Los políticos se olvidan de que son servidores de los ciudadanos.

¿Cómo podría empezar un proceso constituyente?

En la actualidad sólo pueden impulsar un proceso constituyente los poderes del Estado. En estos momentos, o se crea un partido político con esta meta, ya que sólo lo puede hacer el Parlamento, o se genera tal presión social que las Cortes lo impulsen.

¿Pero la Constitución de 1978 no es ejemplar?

Al ciudadano no le parece tan idílica. En la actualidad hay una ruptura entre los ciudadanos y las élites políticas.