Tenía 13 años cuando el PP, con Zaplana, ganó la Generalitat y puso a su padre en la lista negra de desafectos al régimen. ¿Le creó un trauma de adolescencia?

Me acuerdo perfectamente. Tenía 13 años pero estaba en un entorno diferente, muy concienciado. Era alumna de la primera línea en valenciano en Elx, con proyectos de renovación pedagógica. No teníamos libros de texto. En clase y en casa se respiraba la política. Recuerdo haber engañado a mi madre y haberme escapado para ir a buscar a mi padre a un mitin o una reunión. He ido creciendo y madurando con las tropelías del PP en el Consell, que duran ya 17 años para desgracia de este país. Pero el PP ha perdido ya la mayoría social.

Los veteranos del PSPV han estado 23 años persiguiendo a Blasco y llegan usted y la socialista Clara Tirado y lo ponen contra las cuerdas en el caso Cooperación. ¿Se lo toma como un trofeo?

Estoy contenta por el trabajo, que no es de Clara y mío sino de gente que fue valiente, rompió el silencio y dio documentación. Fue el primer paso. Luego, sin la labor de los medios de comunicación que os enfrentasteis a Blasco no habría sido posible. A nivel personal, Clara y yo estamos orgullosas porque todo esto da sentido a nuestro trabajo. Cuando veo a Blasco sentado como cualquier otro imputado del PP pienso: Mireia, has hecho el trabajo, para eso estás aquí... Mucha gente nos advirtió desde el principio, «cuidado que Blasco es muy peligroso». Él mismo me ha sugerido que por ahí no fuera. Hizo como que quería darme consejos, en plan paternalista. Pero cuando te dicen «cuidado» en realidad te quieren meter miedo. El miedo a Blasco es porque es poderoso, tiene mucha información. He tenido hasta pesadillas con Blasco.

¿Ha soñado que volvía al PSPV y era conseller en un tripartito?

Soñé con el Blasco muy mafias. Tiene muchos amigos y no parece que todos sean muy pacíficos.

¿Blasco ha metido a Vela en un marrón que le ha costado la dimisión o Vela se metió solo?

Lo menos que podía hacer Vela era dimitir. Blasco no se va porque no tiene vergüenza y Fabra no lo echa porque tampoco la conoce. El famoso día del pleno, Blasco se sentó en el escaño de María José Català, que no estaba, al lado de Vela. Y le dio un sobre blanco...

¿Quiere decir que le devolvió el informe del caso Cooperación que le había filtrado poco antes?

Yo no sabía que era el informe. Vela puso su maletín negro sobre sus rodillas, cogió el sobre y lo guardó. Yo vi esa operación. Tengo la teoría de que Blasco no sabía que vosotros lo habiais pillado cuando Vela le dio el informe. Él quiso exhibirlo, que lo supierais y luego bajó a entregárselo para que quedara constancia de quién se lo había dado. Blasco se es un tipo peligroso que se ha cargado a Vela. Es la primera víctima política de Blasco por el caso Cooperación.

En política, ¿la corrupción es la norma o la excepción?

Por desgracia, en el País Valenciano la corrupción política se ha convertido en norma. Se ha instalado en la médula del PP y en las instituciones que gobiernan es raro no encontrar algún escándalo. Es lástima que en el PP sean invisibles los que censuran esas actitudes.

¿Para usted, los presidentes siempre son «molt honorables»?

Ni Fabra, ni Camps, ni Zaplana, que fue el mago de la corrupción. Después vino el endiosado Camps, menos hábil. Y Fabra, que no pinta nada. La época de Lerma no la viví, pero el Lerma que compareció en las Corts para ser senador, dio opiniones sobre las diputaciones, el Senado o prospecciones petrolíferas como si fuera del PP. El problema del PSOE es que cuando gobierna aplica políticas menos feroces pero en la misma línea del PP. Y no me vale un vídeo de las juventudes socialistas pidiendo perdón.

Si en 2015 gobierna un tripartito de izquierdas, ¿no cree que valdría la pena pagar entrada para ver los plenos del Consell?

No creo que fuera ningún espectáculo. Mire, si nos tuviéramos que sentar con el PSOE o EU a tratar un gobierno de coalición, no hablaríamos de consellers sin antes acordar las políticas. Es evidente que en un gobierno plural hay contradicciones. Es normal y han de saberse gestionar sin crear un caos.

¿Compromís es un sólido proyecto o una moda, como piensa alguien en el PSPV?

Si piensan eso van a tener más problemas. En Compromís no solo estamos trabajando para que sea un proyecto sólido sino que trasciende ya a los partidos que lo integran. Una de las señas de identidad de Compromís es haber hecho de la pluralidad una virtud. Eso nos da un plus. Gestionamos las diferencias en un clima positivo en el que hay consenso en lo principal: derrocar al PP y romper esquemas.

Si gobiernan ¿será un problema tanta variedad: desde regionalistas a independentistas y de la derecha a la extrema izquierda?

No creo que haya nadie de derechas en Compromís. No se sentiría cómodo. Pero no puedo analizar el ADN de todos los militantes y dirigentes. Esa es la clave. Y saber que no tenemos la verdad absoluta.

Al final el «oro catalán» eran dos euros. Uno del Banc Sabadell por la CAM y otro de CaixaBank por el Banco de Valencia.

Es la crónica de una muerte anunciada. El PP ha mangoneado y expoliado el sistema financiero valenciano instrumentando las cajas a favor de sus intereses partidistas. El PSOE tampoco está para dar lecciones en este asunto.