Consumido año y medio de legislatura, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, es consciente de que la remodelación del Consell es uno de los pocos cartuchos que le quedan para romper la inercia de una gestión atenazada por la delicada situación de las arcas autonómicas. Ahora bien, con un equipo ya propio, del que se ha desecho de la herencia de su antecesor, Fabra se queda sin excusas. De ahí que ayer dejó claro que no dará tregua a sus nuevos consellers, nuevos consellersquienes tienen que ayudarle a abrir una nueva etapa en la que se visualice un proyecto de gobierno hasta ahora ensombrecido por los impagos. Ayer durante la toma de posesión del nuevo Gobierno dejó claro que los consellers no tendrán "periodo de gracia ni de cortesía" ya que, subrayó la Comunitat Valenciana "no puede esperar".

Fabra, que ha tenido que precipitar los cambios a raiz de la dimisión de José Manuel Vela como conseller de Hacienda por el escándalo de la filtración del informe del Interventor, insistió en la idea lanzada el pasado viernes de que en 2013 arranca una nueva etapa. El jefe del Consell habló de un "punto de inflexión" que fundamenta en dos cuestiones. De un lado, el compromiso arrancado al Ministerio de Hacienda de que no dejará caer a la Comunitat Valenciana y garantizará los pagos pendientes a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)y, de otro, los últimos datos del paro a los que Fabra ha decidido agarrarse con fuerza. Este nuevo cambio de ciclo en el que Fabra ha puesto sus esperanzas estará marcado por dos objetivos, según precisó, la creación de empleo y el diseño de un calendario de pagos que acabe con la incertidumbre y el "agobio" de los colectivos y proveedores a los que el Consell adeuda dinero.

El acto, celebrado en el salón de Cortes del Palau de la Generalitat, contó con la presencia de los nuevos consellers y de los salientes, a excepción del extitular de Justicia, Jorge Cabré, que no acudió. En su discurso, Fabra aseguró que con el nuevo Gobierno espera "un impulso de esperanza y de mayor compromiso con la sociedad". "Por eso he querido contar con vosotros, porque sois capaces de generar dinamización dentro de la propia Administración, de generar confianza con los colectivos y de trabajar todos los días por el proyecto que todos representamos", indicó. Justificó la reducción de conselleries (pasan de diez a ocho) en que "la sociedad lo demandaba" e insistió en la idea de la austeridad. "Tenemos que ser más austeros y demostrar que somos capaces de hacer más con menos", subrayó.

A diferencia del viernes pasado cuando compareció en rueda de prensa para explicar los cambios en el Gobierno valenciano, Fabra no fue tan rotundo respecto al fin de los sacrificios y los recortes. De hecho, mantuvo que en el nuevo periodo habrá que seguir "profundizando en lo que son las reformas y la reestructuración y tener los instrumentos necesarios para que con el resto de la sociedad, aquellos colectivos que están demandando a la administración que resuelva sus problemas, se pueda hacer". "Sobre todo en cuanto al cobro y al pago de las cantidades que se les adeuda", insistió. "La Administración no crea empleo, sí la sociedad y las empresas. Lo que se espera de nosotros es que creamos el marco preciso para generar empleo", manifestó.

Fin de los privilegios

El jefe del Consell agradeció la "entrega" de los consellers salientes y se mostró convencido de que las medidas adoptadas están dando sus frutos. Entre otras iniciativas citó la reestructuración del sector público, la eliminación de cargas y burocracia y la eliminación de "privilegios" a los políticos "en sintonía" con lo que reclama la ciudadanía.

Ilusión, esperanza y compromiso fueron las palabras más repetidas por el presidente que finalizó su intervención dirigiéndose uno a uno a los consellers para, públicamente, encomendarles una tarea específico.

Un acto desangelado con sillas vacías y sin Jorge Cabré

El acto de la toma de posesión del nuevo Gobierno tuvo poco que ver con el de otros años en cuanto a afluencia de público. Se siguió la tradición, es decir, lectura del decreto de nombramientos, discurso del presidente, foto de grupo y reunión deliberativa. Ahora bien, el ambiente fue un tanto desangelado. Todos los invitados cupieron holgadamente en el salón de Cortes, donde incluso quedaron algunas sillas vacías ya que a la nueva consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez, le fallaron algunos invitados de Alicante. Ahora bien, la arropó la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Hubo presencia de la sociedad civil, pero casi testimonial y también ausencias destacadas, quizás la más evidente la del extitular de Justicia, Jorge Cabré, quien después cedió la cartera a Castellano. El número dos del PPCV ya no lleva ni la cuenta de las veces que se ha visto en esta situación.De hecho, fue el primer conseller de Justicia, por lo que el área heredada no le es ajena. Las exconselleras Lola Johnson y Maritina Hernández y Luis Rosado siguieron el acto con aplomo. La primera se despidió emocionada de los medios de comunicación. j. r. valencia