El cierre del servicio de comedor en un colegio de Educación Especial de Elda decretado por la empresa suministradora a partir del próximo 1 de febrero ha caído como una bomba en un sector integrado por cien centros en toda la Comunitat Valenciana, que atienden a más de 13.000 alumnos. Fuentes de la Asociación Empresarial de Restauración Colectiva de la Comunitat Valenciana (Aercov) -que representa a cerca del 80 % de las firmas que trabajan con centros educativos- comentaron ayer que "las deudas son globales, ya que la conselleria arrastra un déficit de las becas de comedor desde mayo de 2011 en los casos más extremos. La situación se ha hecho inaguantable".

Desde la entidad explicaron que algunos de sus asociados han pedido un aplazamiento para hacer frente a pagos fiscales como la Seguridad Social de sus empleados o han decidido no pagar las pagas extras de sus empleados hasta que llegue la partida de Educación.

En el sector reina el desconcierto ante un posible efecto dominó. De momento, ninguna otra firma de restauración ha decidido seguir a la firma alicantina.

La polémica no es ajena a los sindicatos educativos. Silvia Pardo (FETE-UGT) expuso que "en todos los centros se sufre una situación de déficit por culpa de los impagos de la Generalitat, ya que se debe un mínimo de tres trimestres. Algunas empresas de restauración han decidido plantear el asunto del cierre a los padres como medida de presión adicional. Al final, todos sufren".

Alex Climent (C-SIF) se movió en términos relativos. Comentó que "los propios trabajadores de los centros son lo que te comentan la posibilidad de cierre cuando visitas las escuelas. El temor esta ahí, no se puede negar".

Antecedente en primaria

La situación sufrida por los centros de Educación Especial es similar a la vivida en primaria a finales de 2012, cuando las empresas de restauración también plantearon un cierre temporal del servicio. La utilización de una partida procedente del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para cubrir los gastos de funcionamiento sirvió para que los directores hicieran frente a parte de la deuda y las firmas se echaran hacia atrás. Sin embargo, los centros de Educación Especial son reticentes a utilizar los fondos para gastos de funcionamiento. Fuentes del sector comentaron que "hablamos de alumnos que necesitan atenciones concretas. No es lo mismo derivar el dinero para fotocopias o papel de baño que los fondos para sondas".