El hospital La Fe es el único de España que dispone de una unidad móvil que, para hacerlo comprensible, consiste en un corazón y un pulmón artificiales que se trasladan hasta la cama de un enfermo muy grave „patología circulatoria y respiratoria„ en cualquier hospital de la Comunitat Valenciana para ofrecerle una oportunidad terapéutica única que le permita tener alguna expectativa de supervivencia cuando la medicina ya no dispone de más alternativas para sacarlo adelante. Se trata del primer programa nacional de transporte interhospitalario de pacientes con ECMO.

Este salvavidas portátil que mantiene las funciones del corazón y del pulmón se llama ECMO, en sus siglas en inglés, que se traduce como Membrana Extracorpórea Oxigenadora que succiona toda sangre del enfermo, la ´limpia´ y la impulsa a los órganos vitales que ya no pueden hacer esa función. En argot clínico se define como un sistema de asistencia mecánica que proporciona soporte cardiopulmonar temporal al paciente.

La primera vez que en La Fe se usó este procedimiento como consola fija fue el 24 de diciembre de 2006. Ahora, un equipo multidisciplinar formado por intensivistas, anestesistas, cardiólogos, cirujanos cardíacos, SAMU, enfermeros y celadores lleva la «salvación» del paciente allende las fronteras del hospital La Fe.

De hecho, el gran orgullo del Servicio de Medicina Intensiva, que dirige el doctor Bonastre, que innovó la técnica en el hospital, es que la versión portátil permite llevar a la práctica el principio de «igualdad para todos», un concepto muy relevante entre los seguidores de Hipócrates. El paciente ya no tiene que ir a la UCI del hospital, sino que un equipo de cirujanos, intensivistas, y enfermeros llevan esta compleja técnica hasta cualquier hospital valenciano, para que todos los ciudadanos tengan una nueva opción terapéutica y la posibilidad de sobrevivir a una muerte inmediata.

La Fe cuenta con seis equipos „uno de ellos para Infantil„, tres adscritos a la UCI y tres portátiles de más fácil manejo (como los ordenadores). Desde aquella Nochebuena de 2006 que se usó con el primer paciente, esta técnica que es un salvavidas imprescindible para sacar adelante personas con infartos graves, insuficiencias cardiacas agudas o respiratorias y episodios de rechazo tras un trasplante, entre otros, se ha empleado ya con 119 personas, de las cuales fallecieron 35 mientras estaban con ECMO. Por complicaciones añadidas murieron otras 20.

Sin este auxilio, todas las que fueron asistidas con ECMO hubieran muerto en unas horas o días, de modo que la supervivencia que se ganó fue extra.

Los intensivistas responsables del procedimiento informaron que cuando ECMO se utiliza en enfermedad cardiaca, en la mitad de las ocasiones se usó como «puente» para un trasplante de corazón que se practicó a 37 personas, en otro 20 % (15 pacientes) fue un puente pero de recuperación de la propia gravedad en si y un 27 % falleció.

También fueron tratados con esta técnica dos pacientes con neumonía causada por la gripe A que se encontraban en estado muy grave.

El jefe del servicio de Medicina Intensiva, doctor Bonastre, destacó que el ECMO es el resultado de un programa multidisciplinar. «Requiere la colaboración de todos y hay que destacar el importante papel de la enfermería», agregó.

Cuando la alarma se dispara y hay que salir a tratar a un enfermo a otro hospital, se movilizan dos vehículos: un SAMU que trasladará al paciente hasta La Fe y una ambulancia con dos cirujanos cardíacos y dos intensivistas que viajan con el equipo para hacer in situ las maniobras de inserción y traerse al paciente.

El tiempo medio de conexión de un paciente a esta técnica que oxigena la sangre es de 7 días aunque se ha llegado a los 36. El coste diario de los fungibles que se usan oscila entre los 225 y los 500 euros. Catorce hospitales de España usan ECMO pero solo La Fe tiene el programa interhospitalario.