­Un grupo de arroceros de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) inició ayer la colocación de las primeras casas-nido diseñadas para facilitar la reproducción y dotar de refugio a la disminuida población de murciélagos en el Parque Natural de la Albufera, un espacio singular en el que el «rat penat» tuvo tradicionalmente un papel esencial en el control de las plagas.

Cada murciélago es capaz de devorar hasta 700 mosquitos y pequeños insectos en una noche por lo que su papel resulta incluso más eficaz que el de algunos productos químicos de dudosa compatibilidad con el ecosistema acuático que rodea el lago. Sin embargo, el abandono de las prácticas tradicionales y el abuso de algunos de estos productos, unido a la escasez de refugios, ha hecho que la población de quirópteros haya disminuido.

Los arroceros de la Albufera, con el apoyo de la Administración Valenciana, ya fueron pioneros en el uso de feromonas de confusión sexual que mantenían bajo control el «cucat», un barrenador capaz de destruir cosechas enteras.

Bernardo Ferrer, presidente de la Fundación Agricultura y Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana (Fuvama), que lidera el proyecto en el seno de AVA, asegura que en los últimos años se ha detectado una expansión del «cucat» que coincide con un descenso de las poblaciones de murciélago y también con el abandono parcial de la lucha biológica con feromonas de confusión sexual.

Hasta hace unos años, la Generalitat financiaba la fabricación de estaquillas impregnadas de feromonas y su colocación supervisada por especialistas de la propia administración. La falta de presupuesto ha hecho que ahora solo se faciliten las estaquillas y el sistema ha perdido «efectividad», admite Bernardo Ferrer.

Por otro lado, el estricto control de las autoridades europeas sobre los productos fitosanitarios que pueden utilizarse en un entorno como la Albufera «dejan al agricultor desvalido», asegura el presidente de Fuvama.

La solución ha sido echar la vista atrás e intentar recuperar «el equilibrio perdido», responsabilizando de nuevo al murciélago de la lucha contra las plagas.

«Se ha demostrado „añade„ que con una adecuada población de murciélagos el impacto del ?cucat? desciende hasta en un 40%».

El proyecto cuenta con el asesoramiento técnico de SEO-Birdlife y de la dirección del parque natural de la Albufera y también con el apoyo de tres arroceros: Miguel Minguet, José Ramón Pascual y Fernando Matoses, que han proporcionado 150 hectáreas en el marco de un innovador proyecto de custodia del territorio. Ayer se colocaron 12 casetas-nido que proporcionan también refugio el murciélago frente a sus depredadores diurnos aunque se espera alcanzar pronto la cifra de un centenar si cuaja la labor de divulgación entre los arroceros asignada a la Mutua Arrocera.

«Con la mecanización desaparecieron las cuadras y casetas en donde se refugiaban los murciélagos. Ahora nos toca a nosotros proporcionárselo», concluyó Ferrer.