Con la llegada del verano, el número de casos de extravíos de personas mayores que padecen algún tipo de demencia ha incrementado ostensiblemente. La desorientación es la principal causa de estas desapariciones temporales, propiciada por los cambios de residencia durante los meses estivales y del resto de rutinas diarias, que afectan de manera más directa a este grupo de población.

Según José Fermín García Gollarte, geriatra que atiende en el hospital Casa de la Salud de Valencia, las "personas que presentan deterioro cognitivo o demencia tienen ideas obsesivas, como pensar que tienen que ir a trabajar o que han quedado con alguien". Así, los cambios de lugar (al irse con sus hijos a veranerar, por ejemplo) y las zonas concurridas representan la mejor ocasión para escaparse a cumplir estos propósitos. La escapada se puede traducir en un trágico final, ya que "es posible que se produzcan ahogamientos -sobre todo en zonas de playa- o caídas por zonas peligrosas", indicó a este diario García.

Por su parte, el doctor Ramón Navarro Sanz, jefe de servicio del Área Médica Integral del Hospital Pare Jofré, recomienda, en la medida de lo posible, evitar llevar a zonas concurridas a las personas mayores con algún trastorno cognitivo, demencia o lesiones secundarias a accidentes vasculocerebrales, "ya que puede facilitar aun más la confusión".

Localizadores vía satélite

Ante estos incidentes y la dificultad de control y precaución, la tecnología se ha puesto una vez más al servicio de los afectados. Cruz Roja cuenta con el programa LOPE (Localizador de Personas con Enfermedades Cognitivas), que se puso en marcha el 7 de mayo a nivel estatal y que está financiado por el Ministerio de Sanidad. Sustituye y amplía un programa anterior llamado Simap y está dirigido a personas mayores con alzheimer o demencia, así como a jóvenes con algún tipo de enfermedad cognitiva pero que tienen cierta autonomía para salir de casa solos. El dispositivo, gratuito para los usuarios, consta de un localizador (un móvil) en un cinturón de seguridad. Este tiene grabado el domicilio de usuario y si la persona tarda más tiempo de lo habitual en realizar su rutina, se contacta con la central de Cruz Roja y se le busca vía satélite. En la provincia de Valencia hay alrededor de 26 usuarios, aunque fuentes de Cruz Roja explicaron que la cifra ha ido creciendo.

Sin embargo, esto no es muy efectivo cuando la persona en concreto se encuentra de vacaciones, puesto que los tiempos se relajan. "Hay que encontrar un dispositivo que sea apto para cada uno de los casos. No todos los que padecen demencia toleran pulseras y demás localizadores", explicó el doctor García. "No deben coartar la libertad de cada individuo", apostilló. "No obstante, no debemos olvidar consejos básicos como que toda persona mayor con deterioro cognitivo lleve documentación sobre su identificación, domicilio, teléfono, datos sobre sus enfermedades más importantes, así como datos sobre sus tutores, familiares, etc.", indicó a su vez el doctor Navarro.

En este sentido, en 2012 había en la C. Valenciana 33.636 usuarios del servicio de teleasistencia de Cruz Roja. A esos, se les añade 16.242 de los que se hace cargo la Diputación de Valencia, después de que en enero de este año la Generalitat anunciase su renuncia a a dar este servicio por dificultades presupuestarias. Los servicios de socorro de las playas, entre los que se encuentra Cruz Roja, detectan extravíos de mayores casi semanalmente, aunque no se guardan registros sobre ello.