Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Es usted la Ada Colau valenciana o la Rita Barberá de izquierdas?»

Ni una cosa ni otra, no me identifico con los clichés. No conozco a Colau, pero la admiro. Sigo lo que hace Rita Barberá, pero no la admiro nada. Está muy amortizada, sólo le faltaba el caso Nóos para desacreditarla.

Quieren remitir el «caso Nóos» a Valencia para desactivarlo.

El Tribunal Superior de Valencia no aparcará el caso Nóos. Los jueces son personas corrientes, que no están al margen de la alarma social generada por la corrupción ni del clamor para que se devuelva el dinero.

¿Qué le hace presumir que en Valencia hay más corruptos que en cualquier otro sitio?

No presumo de esto, aunque probablemente hay más casos en Valencia, donde se acumulan Fabra, Gürtel, Nóos y Brugal. La corrupción es el síntoma de una democracia enferma, su estornudo. Se ha hecho insostenible e insoportable.

Juega usted un papel de símbolo superior a su condición de número dos de Compromís.

También me han puesto el cliché de la eterna segundona. Depende del día. La exposición pública te presiona mucho, pero estoy cómoda porque la he elegido. En el imaginario colectivo, yo encabecé la lista, y somos coportavoces. Tengo el ego satisfecho.

Se puso la camiseta con Camps y la leyenda «Se busca, sólo vivo». Y salió vivo.

Lo queríamos vivo, y salió no culpable y políticamente muerto. Veremos cómo queda en los siguientes juicios, porque era la punta del iceberg de Gürtel. Además, tuvo que dimitir. Si hubiera hecho caso a Rajoy al confesar y continuar, le saludaríamos cada mañana con un «Buenos días, presidente delincuente».

Usted criticaba salvajemente a Camps, pero sentía pena por él.

Veía que lo pasaba mal en la sesión de control. Camps estaba agarrotado, y yo lo sufría. A todos nos gusta decir y que nos digan cosas bonitas. Soy una persona con empatía, pero él se lo buscó.

«Mango» debería usarla como publicidad.

No me dijeron nada, compré la camiseta en una tienda. Cuando un visitante llega a las Corts, le obligan a levantarse la ropa, por si lleva un eslogan reivindicativo. Lo llaman la ley Oltra, pero es un gesto impotente porque todos los diputados han recurrido a las camisetas.

¿El PP puede volver a ganar en Valencia?

No, ni la alcaldía ni la autonomía. La gente está muy harta de que le estafen, y rechaza las explicaciones que la toman por tonta, del tipo de «no me consta» o «contrato diferido y simulado».

El PP ha descubierto que sobran políticos que no sean del PP.

También en Valencia, donde quiere recortar veinte diputados, para que pasen de 99 a 79. Este blindaje del bipartidismo contra las minorías es un ataque a la democracia, bajo la excusa del ahorro. En la reducción al absurdo, uno es más barato que 79. La democracia es cara, pero más barata que la falta de democracia.

Si no cristalizan nuevos líderes, se reproducirá el bipartidismo.

El bipartidismo está de bajada, pero no ha acabado y se están blindando. Sin embargo, emergen nuevos líderes y, sobre todo, nuevos colectivos.

Cayo Lara no es el líder para aglutinar a la izquierda del PSOE.

Eso parece, ¿no? No siento resquemor por la expulsión y caza de brujas que sufrí en IU, pero el nuevo paradigma se desmarca del «seguid al líder». Hay que seguir al proyecto.

De feminismo y nacionalismo no andamos demasiado bien.

Cada vez me definen menos -ismos en mi carnet. Lucho por la igualdad, pero critico a la jerarquía feminista.

Usted no necesita que le enseñen el yugo alemán, nació allí.

Hablo alemán y me gustaría decirles algunas cosas, porque sé cómo piensan y sienten. Les diría por ejemplo que sus políticas defienden a la oligarquía y a la banca alemanas, que prestaron a los países del sur.

Usted forma parte del sistema corrupto.

A veces me dicen que «tú formas parte de la estafa». Estoy aquí para combatir la estafa, y no conozco otra vía. Entiendo que se arroje la toalla, pero me parece muy peligroso lo que no es democrático. No quiero transitar hacia la violencia, por lo que sólo nos queda la política y la democracia para defendernos.