Las carencias de la atención en la Seguridad Social y Bienestar Social a las personas discapacitadas o con alguna necesidad especial se cubren hoy en día a base de iniciativas solidarias como la recogida de tapones. El último caso que demuestra la efectividad de estas actuaciones es el de Laia, una niña de Meliana, a quien la Fundación Seur entregará hoy un cheque valorado en 1.826 euros que sus padres destinarán a comprar «un carro de lavado hidráulico, una especie de camilla que se convierte en bañera», para poder bañar a Laia con más seguridad porque «el carro evita que se pueda resbalar o caer», según explica la madre, Pilar Lloris, a Levante-EMV.

Laia esta afectada por una parálisis cerebral y también está operada de cadera , por lo que a parte de la medicación específica precisa de material ortopédico como férulas, corsés o carros que la administración o, bien no cubre, o financia a las familias, parcial o totalmente, una vez ya han realizado el gasto. Por ejemplo, en el caso del carro especial que utiliza Laia (vale sobre 3.000 euros), la familia desembolsa 300€ y la Seguridad Social los reembolsa aproximadamente a los dos años». Una cantidad que, dada la actual situación económica, muchas familias no pueden afrontar tan holgadamente. «Y los carros suelen cambiarse cada tres años», explica Pilar, lo que unido al coste de las férulas (300 euros) o los corsés (600 euros), que ahora las familias deben anticipar, junto con el copago de los medicamentos, hace que los costes de la atención mínima se disparen . «Si antes pagábamos 50 euros por las recetas de ortopedia, ahora tenemos que abonar 300», explica Pilar, la madre de Laia. La familia también tiene que hacer frente, como tantas que se encuentran en esta misma situación, a «la adaptación del hogar, el cuarto de baño o el coche» sin ayuda de la administración. Hasta el logopeda o el fisioterapeuta que atienden a este tipo de niños extraescolarmente corre por cuenta de la familia. «Laia va a un colegio de educación especial que cuenta con este tipo de profesionales, pero en muchas ocasiones, su atención no es suficiente porque la administración aumenta las ratios de niños pero no el número de profesionales, y hay que complementar fuera del colegio. Y cuando llegan las vacaciones no se ofrece un servicio, cuando mi hija sigue siendo dependiente aunque esté de vacaciones», añade la madre de Laia.

Por eso acudieron a la Fundación Seur y se aventuraron en la recogida de tapones para poder sufragar el carro de lavado para Laia. Su lucha se ha resuelto con la recolección de 24,4 toneladas de tapones, según confirman desde la Fundación Seur, cuyo gerente en Paterna, Joaquín Sánchez Villena, entregará hoy a los padres de Laia los 1.826 euros para comprar la nueva bañera.