Este fin de semana falleció en su casa de Tübingen, Alemania, el profesor Dr. Adolf Seilacher, premio Crafoord de 1992. El premio Crafoord lo otorga la Academia de Ciencias Sueca a las áreas de la ciencia que no están cubiertas por el Premio Nobel, como son la Astronomía y las Matemáticas y, en este caso, la Paleontología. Sus aportaciones en este campo han sido esenciales para comprender cómo se forman los fósiles; el comportamiento animal deducido a partir de las huellas que dejaron los animales pretéritos en las arenas depositadas en diversos ambientes, o el porqué de las formas de las estructuras de los organismos y su evolución.

El profesor Seilacher ha estado siempre muy vinculado con el Museo de Ciencias Naturales (CC NN) del Ayuntamiento de Valencia, desde su antigua ubicación en el Almudín, como Museo Paleontológico Rodrigo Botet, hasta la actualidad. Estaba fascinado por la magnífica colección de mamíferos fósiles sudamericanos que alberga este museo y que consideraba una de las primeras a nivel mundial.

En referencia a la vida académica, fue varias veces invitado por la Universitat de València, bien fuera a través del Área de Paleontología del Departamento de Geología o del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Impartió clases magistrales en docencia de alto nivel y conferencias inaugurales que abarcaron las V Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología, en 1989, o las dos actividades internacionales de máxima relevancia como la International Conference Taphos 2002, en la que el Museo de Ciencias Naturales tuvo, a su vez, una participación decisiva, y el «workshop» Pere Alberch: «The Cradle of Evo-devo».

Su magisterio y su huella perdurarán para siempre en la comunidad científica internacional, pero también en nosotros, que recibimos sus enseñanzas y le debemos una parte muy importante en lo que ha sido nuestra trayectoria científica.

Descanse en paz.