Podemos ya se ha convertido virtualmente en la tercera fuerza política valenciana. Virtualmente porque no tiene estructura orgánica ni representación en las instituciones; porque su «sede central» está bajo el puente de Calatrava y, sobre todo, porque aún no se ha medido con el resto en unas elecciones estrictamente valencianas. Por no tener, no tiene ni un año de vida. Pero tiene sus sensaciones y las encuestas. Y 11.831 inscritos (el partido rechaza el término «afiliado»), que serían algo así como su ejército de activistas contra la «casta».

La efervescencia del movimiento ha hecho que en apenas nueve meses la formación que lidera Pablo Iglesias supere ya a los militantes que suman juntos partidos muy asentados como alternativa al bipartidasmo: Compromís (5.500), Esquerra Unida (3.264) y UPyD (1.000).

Por delante de Podemos, aunque no mucho más lejos, se encuentra el PSPV, con 17.230 militantes, aunque el censo se dispara hasta los 52.815 si se suma a los simpatizantes que el partido de la rosa consiguió durante su proceso de primarias abiertas a la ciudadanía para elegir al candidato a la Generalitat.

Y por encima de todos, el PP, con unos datos de militancia de cerca de 150.000 personas, una implantación descomunal que ha crecido los últimos tres años a un ritmo de 3.000 nuevos afiliados cada año, explican desde la sede de la calle Quart. Todos sumados, resulta que cerca de 220.000 valencianos están directamente vinculados a algún partido político. Y eso pese a la creciente corriente de desafección ciudadana reflejada en las encuestas como uno de los grandes problemas de España.

Lo cierto es que la irrupción de Podemos, con un «sorpasso» a los partidos de izquierda y poniéndose como tercera formación en número de inscritos, refleja el sentido de los sondeos estatales, que en algunos casos le dan al partido de Iglesias el doble de intención de voto que a IU, por ejemplo. De este modo, la C. Valenciana es la cuarta autonomía en la que tiene mayor implantación tras Madrid, Andalucía y Cataluña. El número de inscritos en toda España es de 113.780 personas.

En cualquier caso, conviene aclarar que los números de Podemos se refieren a personas inscritas a través de internet, de forma gratuita y sin pago de cuotas. La militancia en otros partidos conlleva cargas desde el punto de vista económico: el PP cobra a través de sus direcciones provinciales una cuota de 30 euros al año, aproximadamente, según indican desde el partido.

Los militantes socialistas pagan 90 euros al año en dos entregas de 45, aunque existen cuotas reducidas de 3 euros al mes para estudiantes sin retribución; dos para parados y trabajadores por debajo del mínimo interprofesional y un euro para parados de larga duración.

En Esquerra Unida, la cuota es menor, de 60 euros al año, y también con una rebaja a 18 euros (1,5 euros al mes) para determinadas situaciones.

En Compromís, los 5.500 afiliados (sean del Bloc, Iniciativa, Els Verds o únicamente adheridos a Compromís) pagan entre 75 y 80 euros al año. Aunque la coalición ecosocialista defiende que también ha conseguido estos años un censo con unos 7.000 simpatizantes que no pagan, lo que sitúa sus números más o menos como los de Podemos. La militancia más cara, sin embargo, es la UPyD: 240 euros al año (20 al mes; 7 euros la reducida para parados, jubilados o estudiantes).