El Rey Felipe VI confesó ayer lunes, durante su visita a las instalaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT), que hace años le pusieron una multa.

Pues bien, esa sanción fue por exceso de velocidad y se le impuso en julio de 1988 en Alicante, cuando el hoy monarca tenía 20 años. Los agentes se llevaron una sorpresa enorme cuando, al indicar a un vehículo que frenara por circular más rápido de lo establecido por la avenida de la Costa Blanca, pudieron ver que el conductor era el entonces Príncipe Felipe.

Según recoge la noticia publicada por INFORMACIÓN el 8 de julio de 1988, una brigada de la Policía Municipal que controlaba el tráfico en la citada avenida comprobó, en la madrugada del sábado al domingo, que un vehículo circulaba a una velocidad superior a los 60 kilómetros por hora, que era el máximo autorizado en esa vía. Fuentes municipales apuntaron que la velocidad del vehículo podría ser de 104 kilómetros por hora. Inmediamente, contaba la crónica firmada por Manuel Dopazo, los agentes se lanzaron tras el vehículo y le indicaron al conductor que estacionara en el arcén. "Nos imaginamos que cuando pudieron ver con claridad al conductor se quedarían petrificados", añadía el periodista.

HUBO DENUNCIA

Lo que ocurrió a continuación "tiene dos versiones", relataba la noticia. Una de ellas, que parece la más solvente, es que uno de los agentes procedió a imponer la multa al Príncipe, que en todo momento observó la máxima corrección y acató ejemplarmente la sanción. Esa misma versión añade que los hechos fueron puestos en conocimiento del entonces alcalde José Luis Lassaletta, quien tenía previsto remitir la denuncia al propio palacio de la Zarzuela, indicándoles que la misma no se convertiría en multa y que no habría constancia alguna del suceso en el archivo municipal.

La otra versión que apuntaba la noticia -"menos fidedigna", se advertía- señalaba que cuando el agente se percató de que se trataba del Príncipe Felipe no se atrevió a suscribir la denuncia, algo que hoy queda claro que no ocurrió tras la confesión de ayer por parte del hoy Rey de España.

La noticia de INFORMACIÓN sobre la multa al heredero de la Corona tuvo una amplia repercusión internacional. Cadenas televisivas y periódicos de toda Europa, así como emisoras radiofónicas españolas solicitaron detalles al Ayuntamiento. El entonces alcalde Lassaletta destacó el "civismo" del Príncipe y sus "grandes muestras de ciudadanía por su exquisito comportamiento en el momento en el que se le impuso la denuncia". El primer edil restó importancia al hecho y lo consideró como una anécdota, sin querer entrar más en el asunto.

En los ambientes municipales, no obstante, se comentó la gran preocupación que la publicación de la noticia había causado al alcalde, quien al parecer no comentó el hecho ni a sus más allegados para evitar que trascendiera. A Lassaletta le preocupaba la posible repercusión negativa tanto para el joven Príncipe como para la imagen de la Policía Municipal. Este diario publicó que "al parecer, el alcalde remitió el original de la denuncia al Palacio de la Zarzuela, con lo que en el Ayuntamiento no queda constancia de la misma".

Unos días más tarde, una opinión firmada por el propio Manuel Dopazo, a modo de repaso de la actualidad municipal, aportaba más luz sobre el asunto. El periodista, hoy bloguero de informacion.es, indicaba que "aunque ya es agua pasada, la anecdótica denuncia impuesta al Príncipe Felipe ha mostrado que los únicos que han sabido actuar correctamente son los agentes de Policía Municipal que la impusieron. En el Ayuntamiento lo han hecho fatal. Primero con la decisión de anular la multa, luego asegurando que no se había llegado a producir la sanción cuando la noticia trascendió y a continuación guardando absoluto silencio sobre el asunto. Finalmente, y al parecer a instancias de la propia Zarzuela, la multa se ha tramitado, respetando al Ayuntamiento algo tan elemental como es la igualdad de los españoles, consagrada en la Constitución".

Lo que ya no sabemos es la cuantía de la multa, ni qué hacía en Alicante en la madrugada de un sábado el joven Príncipe con tanta prisa al volante, aunque, como es lógico, hubo mucha especulación al respecto.