El sexismo de baja intensidad sigue incrustado en los hogares sin que los avances legales estén siendo aprovechados por las familias para revertir tendencias ancladas. La conciliación y la corresponsanbilidad de la atención familiar aún presenta unos desniveles preocupantes. Según las cifras recogidas en el Informe Anual del Síndic de Greuges, presentado la semana pasada, sólo un 4 % de las excedencias laborales solicitadas para cuidados de hijos en la Comunitat Valenciana han sido pedidas por varones. El 96 % restante han sido tramitadas por las madres. Hay otra cifra reseñable: se ha producido un descenso del 30 % entre 2010 y 2013 en el número de permisos de excedencia para cuidados de hijos en la Comunitat Valenciana. Han pasado de 3.760 a 2.634 anuales.

Una tendencia más reforzada si cabe sucede con las prestaciones económicas por maternidad. Según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en 2014 se gestionaron un total de 27.545 expedientes de este tipo de prestación cuya cuantía equivale al cien por cien del salario y se abona directamente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social durante las 16 semanas de permiso. La pueden disfrutar las madres en su totalidad o, una vez transcurridas las seis primeras semanas de descanso obligatorio, ceder el tiempo al padre. Es una opción, pero residual. De las 27.545, sólo 379 fueron percibidas por el padre. Es decir, el 1,4 % del total.

La distinción entre sexos va más allá de la crianza y penetra con fuerza en el campo de los cuidados a las personas más necesitadas del ámbito familiar. En torno a la Ley de Dependencia aparece un dato que refuerza el papel auxiliar de la mujer en el contexto familiar. De acuerdo con los datos referidos a diciembre de 2014, en la Comunitat Valenciana hay 4.743 personas con prestación concedida para ejercer de cuidador del entorno familiar. De ellas, el 90 % son mujeres. Y el perfil, según resume el informe de la Sindicatura de Greuges en el apartado que analiza el «Derecho a la igualdad entre mujeres y hombres», es el de una mujer de la propia familia, con una media de edad de 57 años, que nunca ha tenido trabajo remunerado y que no tiene estudios o sólo posee estudios primarios. Tal como recuerda el Síndic de Greuges, la Ley de la Dependencia era una norma que despertó «grandes expectativas para las mujeres, tanto por su condición de cuidadoras principales como por ser las principales receptoras de los cuidados (66%)». Nueve años después no ha servido para cambiar el rol tradicional de la mujer cuidadora.

El análisis es preocupante cuando a estas cifras desequilibradas se le añaden que las mujeres triplican a los hombres en el porcentaje de personas que trabajan con una jornada a tiempo parcial en la C. Valenciana. Son el 8,9 % de los varones frente al 31,2 % de las mujeres. Exactamente la misma distancia de 22,3 puntos es la que separa a las mujeres de los hombres con jornada laboral completa. Las cifras son del último trimestre de 2014.

«El hecho de que las mujeres desempeñen la mayor parte del trabajo a tiempo parcial „dice el Síndic de Greuges„ es en sí un hecho discriminatorio. Incluso una parte de las mujeres que manifiestan trabajar a tiempo parcial como una opción, y que consideran que esta modalidad de jornada les facilita la conciliación de la vida laboral y familiar, responden al estereotipo sexista de la asunción de las tareas de cuidados de personas dependientes y del hogar como propias». Los «duros efectos sociales» derivados de la crisis y los recortes está repercutiendo más si cabe en «las mujeres, que asumen el trabajo derivado del recorte de servicios públicos y, en muchos casos, las dificultades impuestas por menores ingresos», subraya el Síndic.

Violencia machista

En la esfera más sangrante de la desigualdad entre sexos, la de la violencia en el ámbito familiar, el balance de 2014 indica que seis mujeres fueron asesinadas en la Comunitat Valenciana por violencia machista, que hubo 16.635 denuncias, 18,775 órdenes de protección concedidas (un 57 % de las solicitadas), 8.229 llamadas al teléfono gratuito 016, 102 dispositivos electrónicos de seguimiento, 5.399 prestaciones de la Renta de Inserción Activa a mujeres víctimas de violencia machista, y 484 ayudas previstas para cambio de residencia.