El «inicio del curso de la reconstrucción de la educación valenciana» que anuncia el conseller Vicent Marzà arranca en el Colegio público de Infantil y Primaria (CEIP) Nº 103 de Valencia con un segundo piso de barracones que comenzaron a instalarse ayer, a dos días del inicio de las clases.

El CEIP 103, a tan sólo 300 metros de esa postal de la Valencia moderna que es la Ciudad del las Artes y las Ciencias, está compuesto integramente por aulas prefabricadas desde que se creó hace 9 cursos. Esta escuela del distrito de Camins al Grau, que escolariza a casi 400 niños, era el punto de partida de la llamada «ruta del despilfarro» que avalada por el tripartito que ahora sustenta el Consell denunciaba todos los desmanes de la gestión del PP.

Los barracones del 103 han sido el ícono con el que la izquierda ha denunciado en todo el mundo, llegaron a salir en un reportaje de la BBC británica, el deterioro de la educación pública valenciana tras 20 años del PP en la Generalitat.

Sin embargo, la primera actuación de la conselleria del bipartito Compromís-PSPV en el CEIP 103 ha sido levantar un segundo piso de barracones para albergar las dos aulas que precisa el colegio. Una actuación que el Ampa rechaza esgrimiendo un informe en el que un arquitecto desaconseja el crecimiento en vertical ante la falta de cimentación de la estructura.

La presidenta del Ampa, Raquel Lafarga, explica que el centro «llena cada curso sus dos aulas de Infantil 3 años, por lo esta etapa inicial precisa de dos módulos más». Conselleria ha decidido colocar en altura las dos aulas prefabricadas, que albergarán a alumnos de Primaria, algo a lo que el Ampa se opone porque «los módulos descansan sobre tacos de madera, inadecuados para este fin y deteriorados por el paso del tiempo».

Los padres argumentan su oposición con el informe técnico que encargaron en 2011 al arquitecto Santiago Lillo, en el que se concluye que «teniendo en cuenta que el edificio descansa superficialmente sobre el terreno, no resulta conveniente considerar un crecimiento vertical si no se cuenta antes con un estudio geotécnico que garantice la capacidad portante de este primer estrato». El arquitecto recomienda profundizar «entre 50 y 80 cm la base de cimentación».

Lafarga subraya que «la mayoría de padres estan disconformes en que la ampliación se haga en vertical, siendo que tenemos cedido el solar colindante por el ayuntamiento». Añade que han solicitado a la conselleria «un informe técnico que garantice la seguridad de las nuevas instalaciones».

«La situación empeora cada año»

El Ampa denuncia que debido al carácter provisional del colegio «no se nos conceden mejoras, por lo que la situación empeora cada curso». «Cuando llueve el agua entra por todos los rincones, empiezan a salir chispas de la instalación eléctrica y el curso pasado se mojaron todos los libros de una clase», detalla Lafarga. Los padres también se quejan de la falta de sombra en el patio y que el vallado metálico «no garantiza la seguridad ni la privacidad de los niños».

El CEIP 103 es uno de los 13 colegios que el pasado abril el anterior Consell del PP prometió licitar antes de elecciones. El presupuesto por el que iba a salir a concurso su construcción era de 8,6 millones.