ac­

A día de hoy no existe todavía un tratamiento que cure la enfermedad del alzhéimer, aunque los expertos son optimistas a medio plazo. Mientras tanto, los neurólogos recomiendan una «actitud activa de sospecha» con el objetivo de diagnosticar el alzhéimer en fases iniciales y así retrasar lo más posible sus efectos progresivos en el enfermo. Pero los médicos no sólo centran sus esfuerzos en atenuar las consecuencias de la enfermedad, sino también en evitar, o retrasar, su aparición. Para ello, las recomendaciones son variadas, pero muy claras e incluso sencillas de poner en práctica: «Está demostrado que la prevención del alzhéimer pasa por realizar actividad física, controlar enfermedades como la diabetes o el colesterol... Además es importante mantener una vida activa desde un punto de vista intelectual», subraya la neuróloga Inés Abellán, que junto a las doctoras González Caballero y Sáenz Sanjuan forman parte de la Unidad de Neurología de la Conducta y Demencia del Hospital de Sant Vicent del Raspeig.

Con todo, existe otra actividad más importante de cara a la prevención del alzhéimer. «La persona debe estar sociabilizada. Esta actividad es clave en la prevención», añade la doctora Abellán, quien resume las recomendaciones en una frase: «Cuanto más trabaje el cerebro, mucho mejor ante el alzhéimer».

La celebración mañana, 21 de septiembre, del Día Mundial del Alzhéimer devuelve a la primera línea mediática una enfermedad que necesita, según los expertos, divulgarse mucho más. Y es que su diagnostico temprano permite que mejorar la calidad de vida del paciente. «Hoy en día, el alzhéimer es la principal causa de demencia en los países desarrollados. En España, se calcula que una de cada cuatro familias tiene a uno de sus miembros con esta enfermedad», aseguran desde el Hospital de Sant Vicent. Ese diagnostico temprano, que ha aumentado en los últimos años, lleva a que los expertos pongan al paciente en tratamiento antes de que «presente dificultades para llevar a cabo sus actividades diarias». De hecho, ya es posible detectar la enfermedad en fases tempranas gracias al desarrollo de unos biomarcadores. «La combinación de esos biomarcadores y, por ejemplo, la observación de una alteración de la memoria episódica permite diagnosticar la enfermedad. Por ahora, el número de pacientes que acuden a nuestras consultas en fases tempranas es cada vez mayor, aunque todavía sigue siendo insuficiente», añade Abellán.

Ese diagnóstico casi sin síntomas evidentes cuenta con innumerables ventajas como, por ejemplo, tratar causas reversibles, posibilitar la participación en ensayos clínicos, iniciar el tratamiento en fases iniciales que ayude a preservar la autonomía y la calidad de vida durante años del paciente y por extensión de su familia y también retrasar la utilización de recursos sociosanitarios con su impacto económico.

Con el objetivo de divulgar la enfermedad para permitir su temprano diagnóstico y mejorar la calidad de vida de los pacientes, la Asociación de Familiares de enfermos de Alzhéimer de Valencia (AFAV) organiza los próximos días varias actividades. Ana Morón, responsable de AFAV destaca la importancia de este día para concienciar «a la sociedad y a los políticos» de las necesidades de las familias con enfermos de Alzhéimer. «La ley de dependencia creó muchas expectativas pero no se ha desarrollado e implantado. Y una familia con un enfermo de Alzheimer necesita 32.000 euros al año para ofrecerle una terapia adecuada y no todas se lo pueden permitir», lamenta.