«He visto más aplausos que nunca, no hay más crispación de la habitual». Así se expresaba Ximo Puig al término de la Procesión Cívica. El presidente de la Generalitat Valenciana incidía en que los ciudadanos «son libres para expresarse», por lo que veía lo ocurrido durante el desfile «con normalidad». El máximo representante del ejecutivo autonómico, que no perdió la sonrisa en toda la mañana, apeló varias veces a la serenidad y la tranquilidad pese a los pitos que se oían unos metros más allá. En la misma línea que el presidente se pronunciaba la vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra, quien notaba «mucho cariño» por parte de los asistentes a la procesión, aunque «siempre hay alguien que no entiende que la democracia es convivencia». «Es un día de alegría», manifestaba en sintonía con Puig y restando importancia a los gritos disidentes que actuaban como telón de fondo.

Joan Ribó también optó por neutralizar las reacciones de los exaltados y como Puig y Oltra recordó que en una democracia existe libertad para expresarse, aunque con educación. Consciente de la importancia de «normalizar» una festividad mirada con lupa por el Partido Popular con la eliminación del Te Deum, el alcalde incidió en que era un día para reafirmarse en la defensa de «una financiación digna». Los silbidos y los gritos de «catalanistas» prefirió pasarlos por alto para regresar al discurso de la unidad y el derecho a reclamar un reparto más digno de las inversiones del estado.

En el extremo opuesto, el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Novo, lamentaba que la Procesión Cívica del 9 d´Octubre no se hubiera desarrollado este año con la solemnidad y respeto que su grupo entiende «merecen las tradiciones e historia de los valencianos». «Hemos asistido una Procesión incompleta por la eliminación del Te Deum, en la que además sin previo aviso el Gobierno municipal ha suprimido el himno de la Comunitat y de España al subir la Senyera», dijo.

Novo resaltaba el gran apoyo que ha tenido el Te Deum con la Senyera de Lo Rat Penat, celebrado en la catedral poco antes de la procesión. «Los valencianos han abarrotado la catedral, demostrando que sin el Te Deum la Procesión Cívica 9 pierde una parte esencial de su significado», explicaba.

Frente a la «normalidad» que destacaba Puig, Oltra y Ribó, Novo defendía otra visión menos positiva. En su opinión se había desarrollado «con bastante desorganización», además de denunciar «un desprecio absoluto al protocolo de un acto institucional del simbolismo y relevancia histórica que tiene esta celebración».

En ese sentido, criticaba las palabras pronunciadas por el alcalde tras depositar la Senyera en el Ayuntamiento, en las que volvía a utilizar el término Díada. «Es un insulto que el acalde del Cap i Casal se refiera al Día de la Comunitat como Diada, sabiendo perfectamente como sabe el significado y connotación que tiene esa terminología», reiteraba. El portavoz popular destacaba el civismo de los asistentes. «Una vez más la gente, de manera pacífica, ha salido a la calle a mostrar su orgullo de ser valencianos», concluía.