Que el desempleo caiga por debajo de la barrera psicológica del 20% antes de que acabe 2016. Es el «objetivo difícil» que persigue el Consell, según confesó ayer en las Corts su presidente, Ximo Puig. «No es fácil, pero es realizable», matizó el jefe del Consell, quien mantuvo un cruce dialéctico con la presidenta del PP, Isabel Bonig. Puig considera que el año que viene ha de ser el de la «recuperación económica», que todavía no ha llegado. De momento «no estamos saliendo de la crisis, sino solamente de la recesión», declaró desde la tribuna parlamentaria. Recordó que en la Comunitat Valenciana hay un 34% de personas en riesgo de pobreza, 342.000 parados de larga duración y un 50% de los jóvenes desempleados. Para lograr el objetivo que se plantea la Generalitat, Puig advirtió de que se podrá contar con un nuevo Gobierno central porque el presidente valenciano está seguro de que habrá «cambio» en la Moncloa.

La líder del PP le recriminó a Puig haber dilapidado la supuesta situación de bonanza en la que se encontraban los valencianos hace cinco meses. «Usted recibió como herencia una Comunitat que crecía en empleo, en la que se creaban empresas... Aquí hubo 20 años de crecimiento robusto», manifestó la exconsellera entre aplausos de la bancada popular y risas del resto de la Cámara. Una reacción que se acentuó cuando Bonig sentenció que el PP «siempre está al lado de los más desfavorecidos».

La portavoz del PP afeó a Puig que mientras él estaba de viaje a Nueva York, el «paraíso del libre comercio», sus «socios» (Compromís y Podemos) votaron no al TTIP, el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa.