A los 83 años ha vuelto a ser marquesa. Blanca Escrivá de Romaní y Morenés, nombrada esta semana nueva marquesa de Centelles „ título instituido en 1666 para revestir de nobleza al valenciano Antoni Joan i de Centelles y que remite a la familia valenciana que marcó el siglo XV con sus choques por el poder con los Vilaragut y que acabó emparentando con los Borja„, ha vuelto a ser noble por derecho propio.
Después de haber conseguido el título a la muerte de su primo hermano Justo San Miguel y Escrivá de Romaní „tras imponerse en el marquesado al que también optaba su primo Alfonso Escrivá de Romaní y Mora„, el título de Centelles recae en una mujer afincada en Madrid, pintora desde 1992 con obra expuesta en galerías como la Perioncely de Madrid, actual gerente de un comedor social que la Orden de Malta tiene en el barrio madrileño de San Blas y al que acuden 300 personas a diario, y esposa de un antiguo diplomático español con el que recorrió los destinos de Nueva York, París, Madrid, Londres o Moscú (los dos últimos destinos como embajador): Luis Guillermo Perinat Elio, marqués de Campo Real y Grande de España, que en los años ochenta ocupó escaño en la Asamblea de Madrid, el Congreso de los Diputados, el Senado y el Europarlamento por Alianza Popular.
Ambos proceden de linajes nobles. Lo curioso es que Blanca, que había sido la XI condesa de Casal y la III marquesa de Alginet, se había quedado sin título propio. Cedió el condado de Casal en 1980 a su hijo Luis Guillermo Perinat y Escrivá de Romaní. El marquesado de Alginet lo traspasó a su otro hijo Jaime Perinat y Escrivá de Romaní en 1999. Así pues, llevaba 17 años sin título. Era consorte del marqués de Campo Real. Pero sin título propio. «Me alegro mucho por mi madre», dice su hijo Luis Guillermo, actual conde de Casal (otro título nobiliario con una fuerte vinculación con Valencia, cuyo titular no hace mucho que visitó el castillo de Benissanó donde sus ancestros tuvieron destacada presencia).
Marcharon a Madrid en el s. XIX
Los Escrivá de Romaní llegaron a Valencia coincidiendo con la conquista de Jaume I. El caballero Guillem Escrivà, que viajó para la expedición del rey conqueridor, era originario de Narbona (Francia). Aquellos Escrivà emparentaron luego con los Romaní. Hasta el siglo XIX residieron en Valencia. Ya a finales de dicha centuria se mudaron a Madrid. Blanca nació en Tarragona, pero pronto se trasladó a la capital. A su padre „un abogado„ lo asesinaron durante la Guerra Civil. Quedó huérfana de padre muy pequeña. Su abuelo, que fue el último con auténtica relación con Valencia, fue académico de Bellas Artes y especializado en la cerámica de l'Alcora. Blanca pertenece a la Hermandad del Santo Cáliz de Valencia. Y vuelve a ser marquesa.
