El cadáver de un aguilucho lagunero abatido por un disparo ha sido hallado en el Tancat de Milia (Sollana), en el Parque Natural de l'Albufera, según denunciaron ayer fuentes ecologistas. Los miembros del grupo de anillamiento Gotur encontraron el animal muerto y en el Centro de Recuperación de Fauna «La Granja» de El Saler confirmaron que los perdigones encontrados en el animal eran ilegales por contener plomo.

En el espacio promovido por Acuamed y gestionado por la empresa valenciana Pavagua Ambiental y la Fundación Global Nature), la muerte del rapaz entraña una doble ilegalidad, de acuerdo con los ecologistas. «Uno, disparar a un rapaz, especie no cinegética y protegidas. Y dos, usar munición ilegal de plomo, un metal prohibido en la fabricación de los cartuchos por provocar la contaminación de las aguas», añaden las mismas fuentes.

En la pasada temporada de caza se recuperó un ejemplar de esmerejón con heridas posiblemente producidas por un disparo. En este caso el ave tuvo más suerte y sobrevivió, ya que posiblemente el perdigón entró y salió. El animal tenía el ala llena de sangre, con un agujero que encajaba perfectamente con el tamaño de un perdigón, aunque el proyectil no se le había quedado incrustado.

En aquella ocasión, Global Nature aprovechó para exigir medidas que controlen esta clase de incidentes, que ponen en peligro la supervivencia de especies protegidas. «Sin ánimo de entrar en polémicas con nadie, es necesario reivindicar un mayor control de la caza en el entorno del Parque Natural de la Albufera. Por mi parte prefiero ver gente con prismáticos y cámaras de fotos que con escopetas persiguiendo a las aves, pero siendo consciente de que es una práctica legal, lo mínimo es que se cumpla la ley de caza y se ciñan a las especies cinegéticas», pidió el responsable de la reserva, Antonio Guillem.