La autorización de un nuevo trasvase de 60 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura, el de mayor cantidad en los últimos meses, ha provocado el rechazo del gobierno de Castilla-La Mancha y ha reavivado la polémica entre administraciones y partidos. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la aprobación por parte del Ministerio de Agricultura de una nueva derivación de agua a través del acueducto para los meses de marzo, abril y mayo, trasvase que el ejecutivo castellanomanchego ya ha anunciado que recurrirá, al igual que los siete anteriores.

La autorización de esta derivación es algo que sospechaba el Gobierno castellanomanchego tras las últimas lluvias, si bien la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, lo ha calificado de «amoral» y «kafkiano», y ha opinado que está cogido «con pinzas, porque se basa en previsiones muy optimistas, demasiado alegres, teniendo en cuenta la situación real de la climatología». En la última semana, el agua embalsada en los pantanos de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, ha subido 22,25 hectómetros cúbicos, hasta llegar a 456,842 hectómetros, el 18,46 % de su capacidad global. En 2013 se autorizaron los trasvases siempre que el agua embalsada supere los 400 hectómetros cúbicos.