El planeta no atenderá a la ceguera de sus habitantes. El catedrático de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), Jorge Olcina, criticaba ayer que España lleve «cierto retraso en la puesta en marcha» de este tipo de medidas, ya que «en los últimos años no ha habido un interés real» en realizar un plan para ello.

Olcina considera «urgente» desarrollar acciones que adapten las ciudades «a un clima más cálido, de lluvias más irregulares y menos confortable», dado que «los modelos climáticos son cada vez más exactos» y ya hablan de una subida irremediable de 1,5 ó 2 grados de aquí a 2100. «Eso significa una atmósfera mucho más alterada con episodios intensos o catastróficos mucho más frecuentes, tales como inundaciones, sequías o temporales», incide, recordando que es algo que puede ocurrir «en las próximas décadas».

Las iniciativas de las que habla el catedrático pasarían por la creación de depósitos pluviales, diques de contención de agua en zonas del litoral o viviendas flotantes en espacios fluviales que puedan ser inundados, entre otras. «Lo mejor es empezar a actuar desde ya, porque ahora se pueden ir planificando inversiones a medio y largo plazo que no serán muy elevadas», mientras que «si se realizan cuando el problema esté encima» serán mucho mayores, opina el climatólogo.

También director del Laboratorio de Climatología de la UA, Olcina cree que contra el cambio climático se han centrado todos los esfuerzos en avanzar hacia otro modelo energético, mediante renovables, y en la reducción de emisiones, algo que es «sólo es una parte» del problema. La otra es la planificación urbana de las ciudades «a un escenario climático mucho más incierto», con especial importancia en España a las situadas en el Mediterráneo por su predisposición histórica a sequías e inundaciones.

En este sentido, Olcina apunta que los gobiernos locales tendrán un papel «muy importante», en la aprobación de planes y medidas concretas, además de iniciativas de concienciación ciudadana.