El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) y sus socios europeos en la iniciativa «XXL Refresh» han probado con éxito en aguas de Tarragona un gran depósito con capacidad de transportar hasta dos millones de litros de agua dulce por vía marítima arrastrado por un remolcador.

El sistema, que facilita la posibilidad de trasvasar agua desde los estuarios de un río como el Ebro a zonas en donde se necesite, ha despertado el interés de los responsables de abastecimiento de agua en Chile y en países de Oriente Medio como alternativa a proyectos basados en otro tipo de conducciones e incluso a las desaladoras. El proyecto data del año 2010 y produjo un primer prototipo capaz de transportar 200 metros cúbicos de agua que se probó en grecia en 2012.

La prueba de validación del proyecto modificado se realizó con éxito hace tan solo unos días con una carga de 2.000 metros cúbicos. Según explicaron fuentes de Aimplas, las experiencias previas al XXL Refresh «habían fracasado principalmente por la falta de resistencia del tejido y por el hecho de estar fabricadas en una única pieza, lo que dificultaba enormemente las operaciones de despliegue, manipulación, higienización y transporte».

La «clave» en el nuevo modelo es su carácter modular, que permite ensamblar secciones unidas por unas cremalleras especiales . El prototipo fabricado tiene 60 metros de longitud pero sería escalable, según aseguran, hasta alcanzar una capacidad superior a los 5 millones de litros (5.000 metros cúbicos).

«Al igual que en su versión piloto, estas innovadoras bolsas de agua pueden ser transportadas por un remolcador convencional y suponen un importante ahorro de combustible y de emisiones frente a otros métodos de transporte como el de los buques cisterna o frente a otras alternativas de abastecimiento como las plantas desaladoras», dijeron las fuentes.

Aimplas ha sido responsable de los ensayos de validación para probar las propiedades de resistencia mecánica de los materiales, sometidos a condiciones de servicio «muy exigentes».

El instituto tecnológico, con sede en Paterna, se ha encargado también de analizar la compatibilidad del material empleado con los requisitos exigidos por Europa para el transporte de agua.

Adiós a los buques cisterna

En España, el Gobierno recurrió en 1995 al uso de barcos cisterna para abastecer a la isla de Mallorca, aunque existe un precedente anterior en1978 y que tuvo como protagonistas a las localidades de Benidorm y Villajoyosa.

Durante la sequía de 1994 se volvió a valorar un transporte de agua en barco para Benidorm, aunque finalmente una conducción finalizada «in extremis» evitó la operación.

El proyecto ha sido financiado con fondos de la Unión Europea a través del Séptimo Programa Marco y coordinado por la firma española Industrial Sedo y con la participación del citado instituto, de la empresa Tecnodimensión, las italianas D'Apollonia y Ziplast, la turca Turgutreis y la checa Safibra.