Independientemente de lo que les depare el futuro, a los padres que tienen hijos con algún tipo de discapacidad les preocupa el presente. Mejorar la calidad de vida de sus hijos y ayudar a que obtengan una evolución favorable se encuentra entre una de sus prioridades. Así lo asegura el 5º Informe de Discapacidad y Familia que ha realizado la Fundación Adecco para elaborar una radiografía de la situación real de las familias que tienen hijos discapacitados e identificar sus preocupaciones, necesidades y demandas. Las conclusiones del informe se basan en una encuesta realizada a 500 familias.

Que mejoren. Eso es lo que persigue la familia con menores discapacitados. Cuanto más rápido, mejor. Cuantas más herramientas, tratamientos y ayuda reciban ahora, más preparados estarán para afrontar un futuro que se prevé en solitario.

Es ley de vida. Los padres fallecen antes que los hijos. Lo contrario, que también ocurre, es contranatura. Adecco refleja este dato en el informe al asegurar que las familias encuestadas invierten una media de 6.000 euros al año en «terapias y tratamientos específicos para mejorar el desarrollo y la calidad de vida de su hijo con discapacidad». Estas terapias son de muy diversa índole „cognitivas, conductuales, de fisioterapia, del habla, ocupacionales...„ en las que «el elemento central es muy variado pudiendo ser el deporte, la equinoterapia, el ocio, tratamientos farmacológicos, etc».

El 102 % del salario medio

Sin embargo, el informe recalca que esos 6.000 euros anuales son «una media» y que en ciertas discapacidades (sobre todo de tipo intelectual) esta cifra se dispara. «Tener un hijo con este tipo de discapacidad supone para las familias una inversión de 24.237 euros al año, una cifra que supone el 102 % del salario medio anual en España, que es de 23.650 euros», asegura el informe, que extrae estos últimos datos del documento titulado «El sobreesfuerzo económico que la discapacidad intelectual ocasiona en una familia en España», presentado en 2014.

Pero las terapias, los tratamientos, las actividades... no son gratis. Al desembolso obligado para mejorar la calidad de vida de la persona que padece la discapacidad se suma que el 38% de las familias afectadas se sustenta con un único salario, principalmente porque uno de los cónyuges se retira del mercado laboral para ocuparse plenamente de los cuidados que su hijo requiere. Ahora bien, si hablamos de terapias y tratamientos, el informe no da lugar a equívoco: funcionan.

Es más, la coordinadora del programa «Plan Familia de la Fundación Adecco» y especializada en familias con discapacidad, Myriam Ganado, asegura que para la familias «suele ser el dinero mejor invertido del mundo ya que la mayoría (el 96%) declara que estas terapias están repercutiendo muy positivamente en la evolución de sus hijos, si bien nos encontramos con casos de familias a las que les gustaría invertir más recursos, pero no pueden permitírselo».

Concretamente, el informe refleja que un 40 % de las familias considera que las terapias que recibe su hijo son insuficientes y querrían realizar más tratamientos si estuvieran a su alcance. Pero no puede ser. Las dificultades para conciliar la vida familiar y la profesional se triplican en estos casos.

Ahora bien, el 92 % de los encuestados asegura que tener un hijo con discapacidad les «ha aportado valores hasta entonces desconocidos» como empatía, capacidad para relativizar, fuerza de voluntad, tolerancia o amplitud de miras. Por ello, exigen una mayor sensibilización en el entorno educativo y en el empresarial, para «hacerlos más inclusivos».