Los últimos datos del déficit presupuestario de la Generalitat en 2016 han dado un respiro al departamento que dirige Vicent Soler, que trabaja con la soga el cuello del Ministerio de Hacienda por los sucesivos incumplimientos en materia de estabilidad presupuestaria y morosidad en los pagos. La información referida al mes de abril muestra una notable mejoría respecto al mismo periodo en 2015. El desfase entre ingresos y gastos se ha reducido en 400 millones y se sitúa en el -0,38 %, casi la mitad de los 0,79 % registrado los primeros cuatro meses de 2015.

El déficit público autorizado en 2016 es, tras la revisión al alza aprobada por el Gobierno central, del 0,7 %. El Consell estaría, por tanto, a tres puntos de llegar a su tope permitido, un límite que será prácticamente imposible que no supere. De momento la conselleria prefiere agarrarse al dato positivo de abril, posible sobre todo gracias a la evolución favorable de recaudación. Los ingresos han subido un 7,9 % con respecto a 2015.

Soler subrayó que el resultado se ha producido «a pesar de las zancadillas del Gobierno central limitándonos los anticipos y bloqueando hasta junio el FLA». La conselleria señaló que los informes del ministerio evidencian que los anticipios de la liquidación y entregas a cuenta son un 34 % inferiores respecto a la etapa Fabra.

Como contrapunto, el diputado del PP Rubén Ibáñez denunció que el Consell esconde cada semana 2.300 facturas. Según Ibáñez, la vicepresidenta tiene el récord ya que a mes de marzo tiene un pufo de 35 millones. «Es una gran acumuladora de facturas», aseguró.

Asimismo, la partida de 1.300 millones por infrafinanciación con la que el Consell cuadró su presupuesto generó un rifirrafe entre el PP y Hacienda. Ibañez desveló un documento del Gobierno, según el cual la Generalitat nunca ha pedido oficialmente el dinero. La conselleria respondió que el dinero está en las cuentas y en el Programa Económico y Financiero.