El Gobierno de España volvió a dar la espalda ayer al Corredor Mediterráneo en la cumbre franco-española convocada por Ferrmed en la ciudad francesa de Perpignan en la que representantes de ambos países volvieron a poner de manifiesto la «urgente necesidad» de avanzar en esta infraestructura cuya ralentización está restando ya oportunidades de inversión y crecimiento económico.

El secretario de Estado de Infraestructuras Julio Gómez Pomar excusaba su asistencia a pocas horas del inicio del encuentro convocado por Ferrmed, la Asociación Energie TGV y la plataforma EU Core Net Cities, al que tampoco asistieron representantes del gobierno francés, en contraste con la elevada participación de autoridades regionales y de los puertos de ambos países vinculados al corredor, así como de representantes de la Unión Europea.

En un manifiesto final, los asistentes pidieron, según explicó Federico Félix, vicepresidente de Ferrmed para España, la finalización antes de que acabe 2018 de las obras de implantación del tercer carril pendientes entre Barcelona y Cartagena, así como las conexiones con centros logísticos, multimodales, puertos, grandes factorías y centros de producción agrícola. «No llegan trenes a Francia, ni siquiera de la parte de Cataluña donde han terminado las obras porque faltan esas conexiones», subrayó Félix, que calificó de «irrenunciable» la finalización del tercer hilo y para hacer posible las exportaciones de todo el arco mediterráneo por esta vía.

Federico Félix destacó una cifra ofrecida per el conseller de la Generalitat de Cataluña Josep Rull, que cifró en 19.000 el número de camiones que cada día cruzan la frontera. Ferrmed reclama también la rápida construcción de nueva línea entre Murcia y Almería y la finalización, también en 2017, de los estudios para la duplicación de la línea entre Tarragona, Valencia, Alicante y Murcia con objeto de que estén operativas en 2025.

Finalmente Ferrmed, que reclamó también una intervención decidida del lado francés, donde existen varios cuellos de botella como el paso de Lyon o la línea única entre Perpignan y Montpelier, pidió una mayor implicación europea y un «seguimiento» de los compromisos adquiridos por los dos estados, que prácticamente dan por hecho un retraso sobre los plazos de ejecución que fijaron.

Joan Amorós, presidente de Ferrmed, dijo que si el Gobierno español no confecciona un plan concreto de actuación a corto, medio y largo plazo en el Corredor Mediterráneo y no se inicia la ejecución de las obras, Ferrmed adoptará «las medias oportunas ante la Comisión Europea y las más altas instancias internacionales y llevará a cabo las movilizaciones que se acuerden».

Cifras para el hastío

El seminario volvió a poner de relieve la importancia del corredor en el «espacio ferroviario franco-español», que une ciudades como Lyon, Toulouse, Marsella, Niza, Montpellier, Perpignan, Girona, Barcelona, Tarragona, Castelló, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, con 34 millones de habitantes y un PIB de 910.000 millones de euros.

El secretario autonómico Josep Vicent Boira, que intervino junto a Federico Félix y al secretario general adjunto de Ferrmed, Francisco García Calvo, sostuvo que a la vista de los flujos actuales de mercancías, la competencia no es entre los puertos del Mediterráneo, sino entre «los del sur y los del norte», en referencia, entre otros, a los de Hamburgo y Rotterdam. «Me parecía relevante ponerlo de relieve en el sur de Francia», aseguró.

Boira sostuvo que la mala planificación ha contribuido a que en España al crecimiento del PIB no se corresponda con la inversión en grandes vías de comunicación. «Hay que invertir en infraestructuras, pero en aquellas que sean productivas, que generen valor y permitan un beneficio a largo plazo para la economía valenciana. La Comunitat Valenciana cuenta con un 80% de infraestructuras respecto al resto de España, pero estas son un 7% más productivas que la media estatal», manifestó.

La contundencia de las cifras que avalan la necesidad del corredor y el escaso entusiasmo del Gobierno español comienzan a pasar factura también entre las grandes empresas. Daimler Benz ha renunciado a invertir en Tarragona mientras Basf tiene 30 millones de euros «congelados» para una terminal multimodal de carga en el puerto de Tarragona pendientes de la instalación del tercer hilo. «El representante de Seat ni siquiera ha puesto un ?powerpoint? cansado, ha dicho, de oirse a si mismo», según el relato de Boira.