El arzobispo de Valencia y gran canciller de la Universidad Católica de Valencia (UCV) San Vicente Mártir, el cardenal Antonio Cañizares, ha destituido a Ignacio Sánchez Cámara como rector de la institución académica 14 meses después de auparlo al cargo. El cese de Sánchez Cámara llega en plena guerra judicial de la UCV con el Consell por la exclusión de los alumnos de las universidades privadas de las becas autonómicas.

La UCV comunicó ayer el relevo en una escueta nota: «Ignacio Sánchez Cámara cesa en su puesto de rector, con el agradecimiento a su dedicación. El vicerrector general, Ricardo García, asumirá las competencias en funciones». «Con esta reestructuración„prosigue„, la UCV apuesta por seguir ampliando el diálogo con todos los agentes sociales, e intensificar las relaciones con las instituciones de la Comunitat Valenciana».

Asimismo, el comunicado añade que la universidad del Arzobispado «continuará profundizando en su concepción de universidad católica, en su apuesta por la investigación y divulgación de ciencia y cultura, desde el refuerzo de la unidad de acción, en coherencia con su identidad católica».

El cese del rector llega cuatro meses después de que el cardenal hiciera público su malestar con el funcionamiento de la UCV en una carta abierta de cinco páginas publicada en el semanario diocesano Paraula que reciben en sus casas las familias de los más de 13.000 alumnos de esta universidad privada.

En la misiva el purpurado de Utiel afirmaba que «es preciso superar la tentación de protagonismos, de rivalidades, de unos por encima de otros, de banderías, de rumores, de murmuraciones, de críticas, habladurías y maledicencias, de conspiraciones, entre los miembros de la Universidad».

Malestar del arzobispado

Año y medio después de su llegada a la mitra valentina, el cardenal hacía público con luz y taquígrafos su malestar por la lentitud de la UCV en elaborar un «Proyecto de la Universidad que queremos y que necesitamos». Un proyecto católico, afirmaba, «sin el cual, no podemos ni deberíamos seguir», escribía en una carta en la que recordaba hasta seis veces que la dirección de la Católica compete al Arzobispado.

Una lentitud en obedecer sus ordenes que contrastaba con sus esfuerzos por tomar las riendas de la UCV, con el relevo en sucesivas etapas de todo el equipo rectoral que había heredado de su predecesor, Carlos Osoro, y que era prácticamente el mismo diseñado por el cardenal Agustín García-Gasco cuando creo la universidad en 2003.

En junio de 2015, cuatro meses después de conocer por Levante-EMV los elevados sueldos del equipo directivo de la UCV, destituyó como rector a José Alfredo Peris, que estaba al frente de la universidad desde sus inicios. Peris cobraba 138.000 euros brutos anuales, según reveló este periódico.

Ajeno a Valencia y la UCV

Fue entonces cuando Cañizares designó a Sánchez Cámara (Madrid, 1954) como rector. El principal aval de este catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de A Coruña, totalmente ajeno a Valencia y a la universidad del arzobispado, era que el cardenal lo había conocido durante su paso por el Vaticano cuando el profesor era consejero de Educación de la Embajada de España en Roma.

El perfil público de Sánchez Cámara ha sido muy discreto durante sus 14 meses como rector. Tanto que el protagonismo mediático de la ofensiva judicial contra la exclusión de las becas del Consell lo ha ejercido el vicerrector general, Ricardo García, que ahora asume la dirección de la Universidad Católica de forma provisional.