Desde 1995 se viene imponiendo anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado una tasa a la reposición de efectivos en las ofertas de empleo público, con la firme voluntad de adelgazar nuestra administración, reducir gasto por esta vía y, lo más importante, deteriorar los servicios públicos para que su privatización/externalizacion se plantee como la solución adecuada, poniendo en manos del mercado aquello que es del conjunto de la ciudadanía: unos servicios públicos de calidad al servicio de la misma. Como era de esperar, los efectos de la tasa de reposición han incrementado de manera muy importante la tasa de temporalidad en el conjunto de las administraciones públicas, generando con ello un problema en la gestión de personal.

En 2007, el EBEP en su D.T 4ª, consciente de ese problema, ya preveía la posibilidad de realizar procesos de consolidación de empleo de las plazas ocupadas por personal interino. Eso sí, garantizando la libre concurrencia y que la valoración de los méritos en la fase de concurso no determinara, en ningún caso, por sí misma el resultado del proceso selectivo. Esta posibilidad no ha sido aprovechada ni por la Generalitat ni por casi ninguna administración en aquellos años en los que estos procesos no computaban a efectos de la tasa de reposición.

Estos días venimos asistiendo a una especie de orgía de la confusión sobre la consolidación del personal interino en la Generalitat, creando nuevamente falsas expectativas e ilusiones que se verán sin duda frustradas. ¿Por qué decimos esto? En primer lugar, porque un proceso de carácter extraordinario es imposible e ilegal, según la jurisprudencia del TC.

Ya se realizó un proceso de estas características con el Plan de Estabilidad del PP en los años 2003-2006. En segundo lugar, porque, aun realizando procesos de consolidación o de similares características, la existencia de la tasa de reposición limitaría estos a un número muy reducido de plazas. La previsión de prórroga de los PGE para 2017 no auguran un cambio en esa limitación.

En definitiva, nos tememos que se está jugando a dar la patada hacia delante y que lo resuelva el que venga detrás. Aleja este cáliz de mí.

CC OO estamos dispuestos a colaborar en la solución de este grave problema, pero garantizando el derecho que asiste tanto al personal interino como al conjunto de la ciudadanía a poder acceder a la función pública, sin atajos, y al personal funcionario a la promoción y movilidad, poniendo también sobre la mesa la urgente necesidad de incorporación de jóvenes que rejuvenezcan las administraciones, verdadero problema estructural de la mayoría de las mismas, que debería ser la prioridad de nuestros responsables políticos.