La encuesta de Invest Group para Levante-EMV certificó el fulgurante descenso en la intención de voto a Ciudadanos. Pasaría de cinco a tres diputados nacionales por las circunscripciones provinciales de la Comunitat Valenciana si se produjera una tercera convocatoria electoral a nivel estatal, y de sus 13 escaños autonómicos actuales a ocho si el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, decidiera anticipar los comicios regionales. A escala nacional mantiene esa lánguida trayectoria.

¿Por qué ha perdido casi el 40 % de sus votantes Ciudadanos en apenas año y medio? He aquí algunas respuestas:

-Falta de una cultura de oferta identificada como centrista en España tras las extinciones de UCD y de su secuela, CDS.

-Por el pacto con el PSOE tras las generales de diciembre de 2015. Hasta entonces, C´s surfeaba -vocablo de moda entre analistas políticos- en la cresta de la ola de la popularidad. A partir de entonces, empezó su declive. Gran parte de su electorado, procedente del PP, ni lo entendió ni lo perdonó. Faltó pedagogía por parte de la cúpula y consulta a las bases. La mayoría de concejales no lo comprendió ni, como enlaces entre la dirección y el votante, transmitió una explicación tangible. Ese pacto estéril destrozó tanto a PSOE como a C´s.

-Por la campaña de esas primeras generales. Las encuestas previas avivaron las expectativas. Cargos y militantes se veían competiendo de igual a igual con socialistas y populares. Entonces, como estrategia, la dirección nacional adoptó la determinación de capitalizar todos los actos y sumir a las direcciones regionales en el rol de teloneros o meros palmeros. Los candidatos provinciales quedaron minimizados y perdieron un protagonismo que usufructuó el líder nacional, Albert Rivera. C´s dejó escapar la oportunidad de permitir crecer a sus paladines locales y posibilitó que brotara el germen del desencanto.

-La causa anterior ha contribuido a un desconocimiento, por parte del electorado, de los líderes autonómicos y municipales. Sin conocimiento resulta difícil que se produzca una identificación. Al portavoz regional y candidato a alcalde de Valencia, Fernando Giner, lo conoce una cuarta parte de sus convecinos, según la misma encuesta. Quizás únicamente pueda superarlo Toni Cantó. El resto, incluidos el delegado territorial o el portavoz en las Corts -aunque ahora intenta asomar cabeza-, han quedado opacados por la sobreexposición de Rivera que, al final, transmite la visión de un prohombre agotado.

-Poca flexibilidad con las singularidades autonómicas. La prohibición, con expulsión incluida de quien asumiera una mera tentativa, de pactar con Compromís en cualquier población, obedece a una visión centralista y alejada de la realidad local. Si el PP ha logrado llegar históricamente a acuerdos de gobierno con la formación de Enric Morera en municipios de las comarcas de la Ribera o la Safor, por qué no puede siquiera tantearlo C´s. Su negativa a asistir al acto de defensa del derecho foral valenciano del pasado 7 de octubre ofrece una nueva muestra. Sí que lo apoyaron PP, PSPV, Compromís y Podemos.

-Desconexión entre los concejales. Cada uno actúa según su propio criterio o las sugerencias del edil de algún municipio cercano. En el mejor de los casos, del diputado provincial o del asesor de la FVMP. Faltan organización y formación.

Por tanto, desmoralización de las bases, desencanto de una parte de su electorado y desconcierto de la dirección, que no sabe cómo contrarrestar el caudal de pérdida de votos. Ante esta situación, C´s puede jugar la baza de fortalezas como dar rienda suelta a la elevada cualificación de sus militantes más implicados, el margen de recuperación de dos años y casi ocho meses hasta las próximas autonómicas y locales o la capacidad de algunos líderes municipales que asientan de manera positiva la marca. Todavía está a tiempo de revertir la situación o, como mínimo, de tratar de frenar la caída para evitar una colisión letal.