«Únicamente el docente conoce las necesidades que cada alumno tiene de completar su formación en la escuela con tareas a realizar en su domicilio. El profesor será, pues, quien determine la cantidad de deberes a asignar». Con estas defensa en favor de la autoridad del profesor intervino ayer en el debate sobre las tareas escolares el presidente de la Federación de Centros de Enseñanza de Valencia (Feceval), José Manuel Boquet. La principal patronal de la enseñanza concertada valenciana analiza el sistema de deberes a través de las reflexiones de su presidente alrededor de varios temas clave.

El primero es si las tareas para casa deben de asignarse en todos los cursos. Antes de responder, Boquet, subraya que hay que partir de la base de que las tareas escolares «deben ser ajustadas a las necesidades de cada estudiante». Por tanto, apunta, «tal necesidad puede plantearse en cualquier nivel». El segundo es el tiempo que deben consumir. El presidente de Feceval dice que «en ningún caso debe ser excesivo, debiendo siempre permitir al alumno tiempo suficiente para su relajación y dedicación a actividades de ocio de su agrado».

En cuanto a la cantidad y el tipo de tareas, Boquet lo tiene claro: «Sólo el docente puede determinar qué tipo de trabajos complementarios necesita desarrollar el alumno, quién lo precisa, cuándo debe realizarlos, de qué tipo y en qué cantidad». No obstante, matiza, que «no es admisible de ningún modo la asignación de tareas complementarias de forma indiscriminada y para todos». «Lo que sí es conveniente es que el docente sugiera trabajos complementarios a realizar voluntariamente y que sepa motivar al alumnado», resalta.

Respecto a si es necesaria la implicación de los padres en las tareas, Boquet señala que «es conveniente, pero el docente deberá tener en cuenta que el alumno puede no contar con tal ayuda, bien por falta de disponibilidad o por falta de capacidad de los padres».

Boquet concluye que los deberes, «cuando el alumno lo precisa, en base a un retraso en su proceso formativo o a una menor capacidad, son un complemento positivo en su educación». Pero, en caso contrario, advierte que «pueden convertirse en un elemento de rechazo a la escuela, con lo que ello supone».