El Consell ha decidido combatir el sexismo en el mundo de los juguetes, un ámbito donde de forma muy temprana se socializa a los niños y las niñas en estereotipos de género que les condicionarán el resto de sus vidas. Ni la pelota es cosa de chicos ni las princesas de chicas y tanto unos como otros pueden divertirse con una muñeca o combatiendo a dragones imaginarios con una espada láser. El objetivo de que elijan sus juegos por elección propia y no por criterios establecidos es el que se ha marcadao la campaña presentada ayer por la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, y que lleva por título »El joguet no té gènere».

Desarrollada por el departamento que dirige Oltra y por el colectivo Lambda, la campaña fue presentada por la responsable de la lucha contra los delitos de odio del colectivo Lambda, Mar Ortega, y será difundidá a través de televisiones, de la prensa escrita y las diferentes plataformas sociales.

La iniciativa partió de unos alumnos del Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València (UPV) que presentaron a Lambda toda la campaña con su 'spot'. Para Lambda, la importancia de esta propuesta reside en que los juguetes sexistas favorecen la división de género y «no contemplan la diversidad en todas su variantes, fomentan un modelo de masculinidad y feminidad e imponen un mandato de género y ello supone reprimir a los niños el uso de un juguete u otro dependiendo del género», explicó.

Desigualdad

Asimismo, criticó que actualmente las empresas jugueteras implantan la idea de superioridad del hombre, la heterosexualidad y la familia tradicional como «algo normativo» y ello produce «desigualdad y graves problemas a nivel social» como son la violencia de género, delitos de odio, intolerancia por género y el acoso escolar. Esta división de género, añadió Ortega, «no es casual», sino que responde al objetivo de la empresa por aumentar sus ventas. «En los años 80-90 las jugueteras se dieron cuenta de que asignar colores aumentaba sus cuotas de mercado», mantuvo.

De ahí que defendió la libertad de los más pequeños a elegir sus juguetes. «Un balón es un balón, da igual si es para niño o para niña y no tienes que comprar una azul para un chico y uno rosa de princesa para una niña. Es un juguete y ya está», insistió para subrayar que aunque un niño o una niña juegue con un juego u otro «no va ser ni menos hombre ni más mujer ni va a condicionar ni su orientación sexual ni su género». «Ni los juguetes tienen género ni los colores lo definen», remarcó.

Su propuesta es que se clasifiquen los juguetes según la temática sin hacer distinción de productos para niños y para niñas, al tiempo que reclamó que se deje de utilizar colores rosa y azul para diferenciar los juguetes e imágenes asociadas a un género.

Oltra indicó que la idea es normalizar para evitar fenómenos de bicho raro. «El juguete es un derecho de los niños y un instrumento de su aprendizaje porque estimula su desarrollo personal y los roles de género y la asignación de colores por parte del mundo adulto ya les determina a la hora de elegir». La vicepresidenta hizo una llamada a los padres y a las empresas para no contribuir a esa discriminación y a educar en igualdad de género sin restricciones de estereotipos «rancios y pasados de moda». Avanzó que el Consell se ha planteado premiar a las empresas jugueteras que rechacen los roles sexistas y rompan con los criterios establecidos.