Los colegios concertados de orientación católica cumplirán la ley de transexualidad que las Corts aprobarán esta primavera y no plantearán desobediencia ni insumisión a la norma, muy criticada por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares.

Los centros educativos religiosos no dejarán sin atender a ningún alumno transexual que solicite cambiar su nombre y su sexo en la documentación escolar, usar un lavabo o vestuario acorde con su identidad sexual, o llevar al centro la ropa con la que más se identifique. Así lo aseguró ayer Vicenta Rodríguez, secretaria autonómica de la patronal Escuelas Católicas en la Comunitat Valenciana.

Después de que Levante-EMV publicara que el Consell aplicará sanciones si hay colegios católicos que incumplen la futura ley (multa de hasta 45.000 euros y pérdida de las ayudas públicas de la Generalitat hasta tres años), Vicenta Rodríguez declaró a este periódico que los centros católicos «respetarán la ley» y que afrontarán la cuestión «como una muestra de diversidad más» a las que están habituados. «Igual que tenemos diversidad racial o intelectual en las aulas, aplicaremos el respeto a la persona y la protección a los más débiles. Eso, por pincipio», subraya.

Las escuelas católicas confían en que la tramitación parlamentaria modifique el proyecto de ley y exima a los centros de titularidad privada (concertados y privados) del cumplimiento de la Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género en la Comunitat Valenciana. «Hay que ser prudente y, antes de hablar de sanciones y de conocer la predisposición de los colegios católicos, ver qué ley se publica y si los partidos con más sensibilidad hacia la libertad de los centros católicos, como pueden ser Ciudadanos y el PP, consiguen respetar la autonomia en el ideario católico de los centros».

El Consell Jurídic Consultiu, en su informe al proyecto de ley, puso un reparo a este aspecto por considerar que invadía la autonomía de los centros educativos de titularidad privada a la hora de fijar su ideario.

Invocan la Constitución

La secretaria de Escuelas Católicas advierte de que es posible que recurran la ley en los tribunales si entienden que atenta contra la Constitución y su artículo 27: «Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».

Vicenta Rodríguez considera que los casos concretos de alumnos transexuales que puedan pedir en el aula acciones que contempla la ley, para sentirse mejor y evitar la discriminación, serán una minoría muy reducida. En todo caso, añade, constituirá una «nimiedad» a la que nadie se opondrá. «Eso no nos va a complicar la vida», afirma. «Si algún niño al que llamaban Julio ahora quiere llamarse Carmen, o quiere entrar en un baño diferente, no estamos acostumbrados a ello pero ningún colegio va a poner pegas», señala.

El mayor problema lo ve en la raíz, en el fondo de la ley. «La polémica puede derivarse si tenemos que explicar en clase cuestiones que van en contra de nuestra moral», agrega. La presidenta de Escuelas Católicas lamenta que la Administración «ya hable de sanciones cuando la ley ni siquiera se ha aprobado».

La ofensiva lanzada por el cardenal Cañizares contra el proyecto de ley, la medida política del Consell que más le ha irritado, queda ahora con un duda: si no habrá desobediencia en las aulas, tal vez todo se quede en un recurso en los tribunales. Él es tajante en su artículo de mañana en el semanario Paraula: «No les hagamos el juego a estas colonizaciones ni favorezcamos esas colonizaciones en Valencia (...). ¡No tengáis ningún miedo, venceremos!».