El envejecimiento de la población de las comarcas del interior es imparable. En los últimos seis años ha crecido hasta dos puntos en la Serranía y l´Alt Maestrat, y un punto en el Alto Mijares, els Ports y el Valle de Ayora. Entre las seis comarcas donde más de una cuarta parte de los vecinos empadronados tiene más de 65 años, sólo en el Rincón de Ademuz el porcentaje de jubilados ha caído dos puntos entre 2010 y 2016. En el Alto Mijares, la comarca más envejecida, uno de cada tres habitantes supera los 65 años y en l´Alt Maestrat y el Rincón de Ademuz está por arriba del 30 % según las cifras definitivas del Padrón a 1 de enero de 2016 que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En estas seis comarcas que ocupan más de una quinta parte del territorio de la Comunitat (5.152 km2) apenas hay empadronadas 44.549 personas en sus 77 municipios, el 0,9 % de la población valenciana. Su densidad media de 8,6 habitantes por km2 se considera técnicamente un desierto demográfico (menos de 10 personas/km2).
Además las diferencias entre las comarcas más viejas y las seis más jóvenes son cada vez mayores. Estas últimas son las que configuran las áreas metropolitanas de las tres grandes ciudades: Valencia, Alicante y Elx. En ellas ha subido ligeramente la población menor de 16 años, que ya supera el 17 %.
La corona metropolitana del cap i casal engloba a l´Horta Nord y Sud y se extiende al Camp de Túria a través de la ruta del adosado de la autovía CV35. Esta última es la comarca más joven, con 18,5 de su población con menos de 16 años seguida de l´Horta Nord (18,1 %). Ambas áreas de expansión urbanística fueron el destino preferente de parejas jóvenes, con o sin niños, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. Los hijos de dicho éxodo de la ciudad a la periferia son los que hoy llenan colegios y parques de estos municipios.
Las otras comarcas con más del 17 % de su población compuesta por menores de 16 años son l´Alacantí, el Baix Vinalopó y la Plana Baixa, la comarca más industrializada de Castelló.
Otra consecuencia del envejecimiento, debido a la mayor esperanza de vida y la marcha jóvenes y de inmigrantes extranjeros a otros lugares en busca de trabajo, es que la tasa de dependencia se ha disparado en 5 puntos. Mide la relación entre la población en edad no laboral (menores de 16 años y mayores de 65) y la de 16 a 64 años. En 2010 era del 48,2 %, hoy es del 53 %, ligeramente menor de 2 activos por cada 1 inactivo.
En las tres capitales, el porcentaje de menores de 16 años apenas ha variado en seis años. Sin embargo, ha aumentado en más de dos puntos la población de más de 65 años, suponiendo ya uno de cada cinco vecinos de Valencia (20,1 %), el 18,1 % en Alicante y el 17,3 % en Castelló.
