De lo material y de lo inmaterial se habló ayer durante la presentación del programa «Palaus transparents», una iniciativa que «ha costado mucho» engendrar, como reconoció el conseller Manuel Alcaraz, a pesar de basarse en un principio simple: abrir las puertas de los principales edificios históricos de carácter institucional de la Comunitat Valenciana. El simbolismo del proyecto ha ido retrasándolo, «porque no se trata de un recorrido turístico al uso», añadió el máximo representante de Transparencia.

La idea, como en su día lo fue la apertura del balcón del Ayuntamiento de València, es acercar las instituciones a la ciudadanía, «esas que durante mucho tiempo estuvieron cerradas», indicó Mónica Oltra. Entre estas, se encuentran no solo presidencia y vicepresidencia de la Generalitat, sino también conselleries y otros entes que se quieran adherir a la iniciativa. Uno de los que se ha animado es precisamente uno de los estamentos tradicionalmente más opacos hacia los «civiles», esto es, el militar. El Convento de Sant Doménec, en el cuartel general de Alta Disponibilidad, la antigua capitanía general, abrirá así sus puertas también a turistas y valencianos que lo quieran visitar.

Pero «no se trata solo de abrir las puertas de instalaciones que antes permanecían cerradas», remarcó el conseller Alcaraz. El programa, con un coste de 160.000 euros, va acompañado de trípticos explicativos y una aplicación para teléfonos móviles que aún no está disponible para su descarga (lo estará la semana que viene, informó la directora general Aitana Mas).

Esta red de 27 edificios públicos busca además «regenerar la vida pública y la democracia», apuntó la vicepresidenta del Consell. Fue en su palacio donde tuvo lugar la presentación. Explicó que desde «el primer día» que entró en él pidió que se abrieran las puertas. «Se trata de que la ciudadanía recobre la confianza en las instituciones. Los edificios tienen piel, historia y alma. A través de la transparencia se guarda también la memoria», añadió Oltra.