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Hasta el último minuto

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Este primer fin de semana de mayo nos ha sorprendido un excepcional panorama demoscópico en nuestra Comunitat, con la publicación de dos encuestas para conocer la posición de los valencianos respecto a la acción de su gobierno autonómico, y su intención de voto ante unas hipotéticas elecciones. El cumplimiento de dos años del Pacto del Botànic, ecuador de legislatura, es una magnífica oportunidad para reflexionar sobre su gestión, y de sus expectativas de continuidad, tras los próximos comicios autonómicos, previstos en 2019.

El símil deportivo afirmaría que el partido, bronco y de incierto resultado, no se decidirá hasta el final. Los sondeos publicados estiman la resistencia del tripartito, con el tándem de Ximo Puig y Mònica Oltra en el Palau de la Generalitat, que ven aprobada su gestión, sin alardes, principalmente entre los jóvenes y los de mayor edad; con un mayor rédito para el líder socialista. Su alta notoriedad, por el perfil institucional de President, y haber capitalizado el discurso de necesidad de la mejora de la financiación y falta de inversiones en nuestra Comunitat, que ha crecido en importancia entre los valencianos, aunque Paro, Corrupción, Sanidad y Educación se mantienen como principales problemas que inquietan a la población; son las claves del crecimiento del PSPV en los sondeos, unido a la mayor base y transversalidad de su electorado. Las fechas de las entrevistas no han permitido medir el efecto de la contestación interna de su militancia al apoyar mayoritariamente a Pedro Sánchez; aunque la encuesta publicada por Levante-EMV e Información, sí refleja esta preferencia de los votantes del PSPV y, por tanto, la difícil posición interna de Ximo Puig.

En el otro lado del fiel, Mònica Oltra, política mejor valorada de nuestra Comunitat, no termina de equilibrar la pérdida de apoyos ante las acciones protagonizadas por los miembros de su coalición, entre las más polémicas del Consell y que tienen efectos nocivos en la vertebración territorial del voto hacia su partido, al limitar sus opciones en la provincia de Alicante.

La anunciada retirada de Antonio Montiel deja a Podemos en una situación de interinidad, que dificulta su potencial de crecimiento, también lastrado por la mayor utilidad de voto nacionalista que ofrece Compromís en los comicios autonómicos, compensado con el mayor respaldo a su formación en las generales; así como la fidelidad del votante tradicional de Esquerra Unida, que aumentaría de bajar el listón electoral al 3%.

Esta argumentación no se produce en el sondeo que se publicó ayer domingo, aunque es esencial en su cálculo, que otorga mayor cosecha a la formación morada, a costa de Compromis y EUPV. El carisma y las decisiones políticas de la nueva dirección de Podemos en la Comunitat Valenciana, tendrá muy alta influencia en sus próximos resultados electorales.

Isabel Bonig, que afianza en el último año las expectativas de crecimiento de sus resultados electorales, no logra el propósito de romper la hegemonía de la izquierda en la Generalitat Valenciana, pero amenaza con ello.

La vuelta al origen de una parte de sus tradicionales votantes, que hace dos años no quisieron ser nuevamente cómplices de una insostenible situación de escándalos en las instituciones valencianas; junto a los conversos ciudadanos, que se rindieron al encanto de Albert Rivera y se han encontrado con la realidad de una pareja de fotonovela; son causas fundamentales de su consolidación. La necesidad de mayor tranquilidad orgánica no puede resolverse sin democracia interna, un aviso de los electores valencianos a este partido político.

Las altas expectativas de Ciudadanos en el año 2015, elecciones autonómicas y generales del 20D, se han visto muy disminuidas en el último año. Más aún en nuestra Comunitat, donde los cambios de liderazgo, llevan a la tercera persona en poco más de un año, Mari Carmen Sánchez, a ser portavoz del partido en el Consell; una mala receta para recuperar la fortaleza electoral de un votante de talante conservador. Aunque esta situación no se pudo medir en las encuestas, la ruptura de Alexis Marí con su formación nacional ya era un hecho.

Los valencianos entrevistados valoran negativamente la situación política de la Comunitat Valenciana, casi tanto como su situación económica; que permite considerar que la destreza de los partidos políticos, en solucionar sus problemas internos y atender las necesidades que realmente tienen sus ciudadanos, será determinante en el resultado final que se produzca en las urnas.

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