«Te equivocaste, te comportaste indignamente con un compañero y ahora estás acojonada porque vas a perder, porque fuiste torpe y ahora cobarde». La frase, pronunciada por Vicente Ferrer durante una cena con militantes del distrito de Trànsits de València y dirigida a Contelles, forma parte de la grabación que lleva días circulando por el PP y que evidencia la guerra entre los candidatos en liza.

En la citada grabación puede escucharse cómo Ferrer da su versión sobre lo qué está ocurriendo en el partido y el por qué de la fractura interna. Entre los asistentes se encontraban, según las fuentes consultadas, varios concejales y asesores del Ayuntamiento de València, imputados en Taula y de los que Bonig ha pedido su expulsión. Su presencia hizo que decidiera no acudir el presidente de la gestora, Luis Santamaría. También había diputados provinciales.

Ferrer carga contra las líneas rojas de Bonig porque «supone dejar el partido en manos de los adversarios» y narra cómo él mismo le advirtió hace tiempo a la lideresa que esta política la conducía al desastre: «Le dije: 'Lo peor es que la pieza grande eres tú. Me juego la cabeza a que acabarás investigada, aunque no hayas hecho nada'». Según su versión, él y Betoret advirtieron a la regional de que lo que se le estaba haciendo a Barberá y a los concejales «no era de recibo».

En su relato, Ferrer habla de cuando hace un año el caso Taula salpicó a Betoret y acusa a «algún secretario general» de «dedicarse a ir a los medios» para decirles que, cuando se levantara el secreto de sumario, el presidente provincial quedaría imputado y tendría que irse.

El secretario provincial asegura que en ese momento en el grupo popular de la Diputación de València empezaron a repartirse los cargos : «Se pusieron flamencos, chulos, prácticamente no podíamos entrar en el grupo», añade. Sin embargo, el secreto de sumario se levantó y Betoret no estaba implicado, lo que, en su opinión, desencadenó la candidatura alternativa.

Ferrer cuestiona la supuesta renovación que defiende Contelles (bromea sobre la antigüedad en el partido de varios de sus colaboradores) y pone en duda que la democracia sea real: «De acuerdo: cada militante un voto, pero será para votar, no para decir la presidenta ha dicho que me tienes que votar», en alusión a la supuesta conexión entre Bonig a Contelles. Ferrer admite su indignación con Contelles y concluye que existen dos armas de destrucción masiva: la torpeza y el miedo.