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Sol de agosto

La Pato, banda sonora del verano

«Un bon sopar és el presagi d´una bona actuació» - El equipo admite que pasar tanto tiempo juntos les ha hecho ser una «gran familia»

La Pato, banda sonora del verano

Las noches de verbena son las favoritas del verano. Saltos, bailes, cantes... todos conocemos cómo es estar bajo el escenario, escuchando buena música, con buena compañía y una bebida que a menudo complementa la escena, pero... ¿cómo se ven las cosas desde arriba?

La Orquesta la Pato es una de las más reconocidas en la Comunitat Valenciana, una formación que nace en La Ribera y en València «unida, alegre y combativa» -tal como ellos se definen- que apuesta por la música en valenciano como signo identitario de la banda. «Tocamos de todo, pero poco a poco hemos ido introduciendo la música en valenciano, que era lo que la gente nos pedía», resaltan. Tras 25 años en los escenarios, concentran casi todas las actuaciones en València y Alicante y admiten que rara vez salen del territorio valenciano y, si lo hacen, es a comunidades limítrofes. La gente va agusto, y ellos también. Al dedicarse a una comunidad, los músicos tienen ventajas: al acabar una noche de actuación pueden irse a dormir a casa. «Es lo bueno, cuando acabamos un bolo dormimos en nuestras casas y descansas del ´no parar´».

A pesar de que tocan durante todo el año (esta temporada alcanzarán las 89 actuaciones), La Pato vive un poco «al revés del mundo». Es en verano cuando la familia orquestera «abre por vacaciones» en su mes más potente. Como si de una canción de La Fuga se tratara, los músicos y técnicos viven «más de noche que de día» y sueñan «más despiertos que dormidos». Su ritmo en verano se altera. Así lo explicaron a Levante-EMV.

Los técnicos de montaje son los primeros en llegar y los últimos en irse. «Nuestro día comienza a las 16:30 horas, que llegamos al lugar donde actuamos y empezamos a montarlo todo», contaba Benito, el jefe de los técnicos. Ellos terminan de montar sobre las ocho de la tarde, justo antes de que los músicos lleguen para hacer la prueba de sonido. «Luego cenamos y dormimos un rato en el camión». Hay que descansar, y es que, al terminar la actuación -en las noches de verano suele ser alrededor de las seis de la madrugada- han de ponerse manos a la obra de nuevo para desmontar el escenario. «Acabamos muy cansados», comentaba el equipo. «Al final, como trabajas y duermes a ratos intermitentes, no descansas bien». Pero todo es más fácil de llevar si hay buen rollo. Y en esta orquesta lo hay. «Es bonito porque entre nosotros y los músicos nos llevamos muy bien», decían. «Al final, echamos tantas horas que todo el equipo es nuestra familia», añaden.

Tras la prueba de sonido con la que se inaugura la jornada de actuación, llega un momento importante para los 9 músicos y los cinco técnicos de montaje y los dos encargados de luz y sonido.

La cena. «Un bon sopar és el presagi d´una bona actuació», revela el director artístico, Pep Francés, junto a los tres cantantes Jessica, Arantxa y Nando. Es momento de fer la «burrera» y contar anécdotas, recuerdos y hacer tonterías en familia antes de subir al escenario. «Tenemos hasta un vocabulario propio», explica Jessica. «Cuando nos vamos a maquillar Arantxa y yo decimos que vamos a ´hacer la pastera´», comentan entre risas.

Todo listo para empezar. Como la Cenicienta, medianoche es su hora señalada, pero no para irse, para llegar. Dividen sus actuaciones en dos partes. La primera, más pop, y la segunda, más rock, ajustando el repertorio a la música que más se escucha en el momento. «Actualizamos el repertorio dos veces al año, una justo antes de Fallas y otra antes de verano», explicaban los músicos.

Falta de papeles femeninos

Los cantantes destacaban, en referencia a las canciones que interpretan, que en muchos de los temas de rock no existen voces femeninas. «Es curioso, pero nos dimos cuenta al conformar el repertorio», apuntaban. Como solución, las letras se reparten y Arantxa y Jessica interpretan, junto a Nando, canciones que originalmente están escritas para un cantante hombre: «Es importante visibilizar esta realidad».

Por otro lado, su repertorio acoge cada vez más música en valenciano. «Incluso adaptamos algunas canciones en inglés al valenciano». Es la seña de identidad de La Pato. Es lo que la gente pide: «Es la música que escucha la gente joven y el público lo agradece».

Aunque no todo es color. La orquesta admite que solo por el hecho de cantar en valenciano, tienen oponentes directos. «Tiene que haber variedad, y aquí nos adaptamos a nuestro público. Un público valenciano, joven y plural», resaltan.

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