La Dirección General de Tributos no comparte en absoluto las quejas del sector empresarial, sobre todo en su vertiente tributaria. En sus alegaciones, el grueso de mercantiles se queja del incremento de las diferentes tasas, pero Hacienda defiende que su regulación, en términos generales, no hace sino situarse en la media de España.

Así, frente a los datos que aportan empresarios, el departamento que dirige Vicent Soler muestra otra realidad. Así, en materia de máquinas tragaperras, defiende que su reforma la situará en un nivel medio con otras comunidades y recuerda que la Comunitat, con una tributación de 800 euros por máquina al trimestre, es de las más bajas.

Con los cambios, pasaría a 900 euros, por debajo de comunidades como Galicia, Andalucía o Cataluña. Se subraya además que esta reforma ni siquiera recupera los niveles de tributación existentes con anterioridad a 2011, cuando, coincidiendo con la crisis, se hizo una rebaja impositiva.

Respecto a la tributación sobre juegos de azar exigida en casinos, se defiende que la modificación del tipo (del 15 al 20 %) se alinea al conjunto autonómico, quedando incluso por debajo. Y en cuanto a las apuestas, Hacienda indica que la intención es equipararse al resto de modalidades de juego y a la tarifa que aplica el Estado a las apuestas deportivas on line. Asegura que el incremento busca también apartar a colectivos sensibles, como los jóvenes, de estas apuestas.