La pastilla para el colesterol, la de la tensión, las gotas para el ojo y el tratamiento para lo de "la sangre"... y así hasta una decena de pastillas al día. Este es el día a día de muchas personas que, no necesariamente por acumular años y enfermedades crónicas deberían acumular también tratamientos farmacológicos en la misma proporción. Esta es la reflexión que ayer lanzaron en la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Svmfyc) en la segunda y última jornada de su vigesimoctavo congreso. Entre las ponencias y las lecturas hubo tiempo para un taller específico en el que aprender cuándo dejar de mandar medicamentos, o sea cuándo "desprescribir"tratamientos.
"Yo me he llegado a encontrar una paciente muy mayor con 27 medicamentos diarios y hace unos días visité a una persona que llevaba 15 al día". La experiencia la relata Cristina Vivas, médica de familia y una de las ponentes en el taller sobre la Desprescripción. "En él tratamos cómo abordar este problema para valorar todo lo que toma el paciente, incluso los medicamentos que se toma sin receta y los que les dio la vecina, porque a ella le fue bien... tenemos que valorar todo y hacer una revisión porque puede que algunos haya que ajustarlos y otros directamente retirarlos".
"En muchas ocasiones no tiene sentido que una persona de 95 años se tome ciertas pastillas pero la gente, si ha recibido una prescripción, tiende a entender que ese medicamento ya es para toda la vida y no, no son eternos", refuerza Aurelio Duque, presidente de la Svmfyc. Pese a que cuando se habla de un exceso de medicación se tiende a pensar en los mayores, los médicos de familia alertan: el sobrediagnóstico "no es solo cuantitativo, también es cualitativo".
En esta última categoría y según Duque, entraría toda esas "personas sanas a las que estamos tratando solo por tener un factor de riesgo y eso no significa en muchas ocasiones que necesites un fármaco". Parte de la culpa, según los responsables de la sociedad es la "medicalización de la vida". "Vivimos en una sociedad de consumo, también para los medicamentos y todo es ya una enfermedad y hay un medicamento para 'curarlo' desde el colesterol algo más alto hasta la calvicie", razonan ambos.
Porque no es difícil ya encontrar a personas de mediana edad «con 4 o 5 pastillas diarias. Los médicos terminamos cayendo en la inercia de prescribir y muchos pacientes demandan una solución inmediata que, con un cambio de hábitos de vida, se podría solucionar sin tomar unos fármacos que, además, tienen unos riesgos», aclara Vivas porque la parte oscura de este exceso de medicamentos son los efectos secundarios.
"Los síntomas que vemos a menudo en la consulta no son tales, sino efectos secundarios de alguna medicación y ahí empieza el efecto cascada porque, sino se detecta, se manda otro fármaco para esos efectos y sigue la rueda", añade la doctora. Duque recuerda que en EE UU los efectos secundarios son ya "la tercera causa de muerte y aquí terminará pasando".
