Si en el informe de 2015, el Síndic de Comptes de la Comunitat Valenciana, Vicent Cucarella, enriqueció su trabajo con un análisis sobre la infrafinanciación (cifró en 14.380 millones el agujero que provoca el deficiente modelo de fnanciación) la auditoría de este año contiene un estudio sobre cómo afecta esta rémora al gasto público de las autonomías.

Las conclusiones explicitan que el Consell se ve condenado a un gasto inferior a la media de las comunidades autónomas de régimen común en áreas como la protección social (34,2 puntos porcentuales en el período 2013-15) u otros servicios públicos como la cultura, el medio ambiente, la justicia, las políticas de empleo, cuyo gasto se sitúa un 8 % por debajo de la media.

La tesis que baraja el informe es que en el período indicado la Comunitat Valenciana ha hecho un esfuerzo para equiparar su inversión en sanidad para asimilarse al resto de España y en educación, que aunque sigue ligeramente por debajo de la media está cerca.

Sin embargo, uno vez consumidos estos recursos (hospitales y colegios) el resto de políticas se «perjudicadas por los insuficientes recursos del sector público», según concreta el informe.

El maltrato financiero a la Comunitat Valenciana tiene como consecuencia un aumento de la deuda financiera que a 31 de diciembre de 2016 ascendía a 43.073 millones de euros, un incremento del 8,8%, debido principalmente a los fondos de rescate financiero, especialmente el FLA.

Sobre este mecanismo, el auditor explica: «La articulación de la financiación estatal a través de mecanismos especiales de financiación vía endeudamiento, como es el FLA, dificulta la consecución de los objetivos de déficit y deuda, e incide en el funcionamiento normal de la Administración de la Generalitat».

Más endeudamiento

«Las consecuencias para la Generalitat -prosigue el informe del Síndic- son muy diferentes según sea la procedencia de la financiación. Si los fondos llegasen a través del sistema de financiación autonómico no incrementarían el endeudamiento, mientras que sí lo aumentan cuando se obtienen por la vía de los mecanismos especiales de financiación».

Ahora bien al Síndic no le parece bien que el Consell incluya para cuadrar sus cuentas la partida que el Consell considera reivindicativa de los 1.325 millones a cuenta de la financiación. Cucarella no lo cita directamente pero la alusión es evidente cuando ayer llamó al gobierno valenciano a ser realista a la hora de presupuestar ingresos que proceden del Estado. A esta losa que el Consell del Botànic se ve obligado a soportar se añaden los compromisos de gasto con cargo a compromisos futuros que se elevan a 50.193 millones de euros, un aumento del 5,8% debido precisamente al endeudamiento que provoca el FLA.

En su informe, como ya informó Levante-EMV con motivo de la Cuenta General de 2016, se recoge que la Generalitat se encuentra en un grave desequilibrio patrimonial tras haber registrado gastos por 14.529 millones de euros e ingresos por 11.892.

Al cierre del 2016, los fondos propios negativos de la Comunitat Valenciana eran de 28.104 millones. Por su parte, la liquidación del presupuesto muestra un resultado presupuestario negativo, de 2.189 millones.

En el análisis del ejercicio 2016 también se ha observado un crecimiento notable de los ingresos y una disminución de los gastos. Es de destacar que, tras un periodo de cinco años de estancamiento, se ha registrado un incremento de más del 10% en los tributos cedidos, hasta los 9.76 millones. Mientras, los derechos reconocidos por pasivos financieros han ascendido a 6.967 millones, la mayoría de de préstamos por el FLA.