on los nervios que acompañan los días previos, Carlos Chipirraz afronta su segundo año al frente de la Gestora de Gaiatas y analiza la salud del colectivo con el mono de faena puesto, ultimando los monumentos gaiateros que iluminarán los 19 sectores durante estos días.

El año pasado fue el primero que vivió como presidente y este es el de las fiestas posteriores al Congrés Magdalener. ¿Cómo valora sus conclusiones?

Pues pienso que el congreso fue positivo para las gaiatas porque, pese a que hubo un intento de cambiarnos todo, nosotros supimos defender nuestras ideas. Por supuesto que estamos abiertos a cambiar cosas si eso redunda en beneficio de la fiesta, pero tampoco se trataba de hacer una revolución.

Pero,¿no cree de verdad que los monumentos gaiateros, por ejemplo, necesitan un empujón?

Es que yo creo que ya han ido modernizándose. Quizás muchos no noten los cambios, pero en temas de iluminación hemos registrado un avance bestial en los que se refiere a la incorporación de leds, a la programación. Una gaiata de hace cinco años no tiene nada que ver con las de ahora. Reconozco que a lo mejor el diseño podría ser más arriesgado y modernizarse algo, pero también hay que recordar que a veces se ha hecho y a muchos no les gusta porque siguen prefiriendo lo tradicional. Pese a todo, se trabaja duro por lograr un diseño original. El mundo de la fiesta es capaz de apreciar los pequeños detalles, los materiales que se han introducido. Hay mucho trabajo y arte detrás de una gaiata.

El Ayuntamiento de Castelló ha impulsado un proyecto pionero para formar a artistas gaiateros. ¿Cómo lo valora?

Pues lo veo de maravilla. Esto para muchos es una afición y han ido aprendiendo de forma amateur. pero que haya personas que les guste y que quieran aprender temas de electricidad, de programación, de trabajar la madera o el hierro... Que sea una oportunidad para aprender una profesión nos parece fantástico, y ya sabemos de personas de algunas comisiones interesadas en participar en este programa.

¿Sigue habiendo problemas con el tema de los permisos para actos en la calle?

Pues es parecido a los últimos años pero ahora ya sabes por donde van los tiros y el tema está bastante tranquilo. Uno de los aspectos que seguimos defendiendo es el de modificar el control de decibelios, porque ahora cada vez que cambias de discomóvil o de equipo debes hacer una medición que cuesta cada una cerca de 150 euros, algo inasumible para muchos. Hemos planteado hacer una medición y después suscribir un documento de responsabilidad en el que te comprometes a cumplir los límites, y el que lo incumpla, que se le sancione.

¿Hay crisis en los sectores? Hace un mes vimos como parte de la Gaiata 10 se pasaba a la 16...

Pues pasa como en todas las familias, a veces hay roces pero siempre acaban solucionándose. Al final debemos remar todos en la misma dirección. Lo importante es mantener la ilusión y ver que van entrando nuevas familias con niños pequeños. Hay mucho esfuerzo todo el año, pero es algo que eliges tú y al final te compensa.

En el Congrés Magdalener se habló también del papel de la mujer en las fiestas. ¿Cómo es en el mundo de las gaiatas?

Tenemos tres presidentas y no son más porque no se presentan. Y en la junta directiva de la Gestora son más mujeres que hombres. Aquí interesa la valía y la ilusión de sus integrantes, no el sexo, la condición social, la nacionalidad o la raza. Aquí estamos unidos por la fiesta y todos somos importantes, sin distinción alguna.