n La época de mayor penuria económica al frente del Consell le tocó vivirla al último presidente popular de la Generalitat, Alberto Fabra (2011-2015). Fueron los años de los grandes recortes, de las manifestaciones y las colas para cobrar, de niños con mantas en los colegios y del final de RTVV. De la caja vacía y el rescate de las cuentas. El epílogo a las aplastantes mayorías y a toda una era de excesos.

Alberto Fabra abandonó la presidencia en junio de 2015. No había vuelto a las Corts desde entonces. Lo hizo ayer. Compareció en la comisión de investigación de los sobrecostes de la empresa pública Ciegsa y ajustó cuentas con el pasado. Cuando dijo que sus años fueron los de poner orden estaba admitiendo explícitamente el caos en el que dejaron las cuentas autonómicas sus antecesores. Después cuando le preguntaron si ponía la mano en el fuego por su antecesor, Francisco Camps, ni dejó acabar la frase. Quedó claro que no pone la mano en el fuego por nadie. «Ya pedí la mano una vez y me tuve que divorciar», lanzó.

«Ojalá mi único problema hubiera sido Ciegsa», respondió a los diputados y se puso a repasar la penuria. Todas las empresas públicas estaban en quiebra, no había dinero ni para financiar los servicios públicos básicos, sanidad, educación o dependencia. El Consell solo tenía una prioridad, reducir gastos y adelgazar la administración, por necesidad, pero también por ideología, remató. La misma que sus antecesores habían engordado hasta el colapso.

Sobre el motivo de su comparecencia dijo varias veces que siempre quiso cerrar Ciegsa porque no tenía actividad ya que como no había dinero en la caja no se construían colegios, aunque no explicó porqué no pudo hacerlo, pero sí reprochó que el actual Consell del Botànic aún no le haya dado carpetazo si tan mala era. Cuando le deslizaron que Ciegsa era un nido de mordidas y corrupción donde el PP libraba batallas internas se defendió. Aseguró que los sobrecostes estaban dentro de la legalidad, como ahora, y que él ni miró hacia otro lado ni hizo la vista gorda. Añadió que de sus años de alcalde le queda que Ciegsa sí era útil para construir colegios.

El actual senador del PP añadió que redujo 71 empresas públicas, lo que generó un ahorro de más de 3.200 millones en cuatro años.

Después, en los pasillos negó cualquier relación del grupo municipal del PP en Castelló con Orange Market tras la declaraciones del considerado número dos de la trama Gürtel, Pablo Crespo, sobre presunta financiación irregular en la campaña de 2007, en las que citaba actos electorales en Castelló. Fabra respondió que esas son palabras de delincuentes que ya están condenados y señaló que él nunca ha obligado a ningún empresario a pagar actos de campaña y dijo tener curiosidad en saber quien ordenaba los pagos a la pregunta de por qué empresas como Piaf admitieron pagos al PP.