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Accidentes laborales

La precariedad que mata

El número de accidentes mortales en el trabajo ha subido este último año en la Comunitat Valenciana un 21,7 por ciento con 56 fallecidos, diez más que en 2016 - Recortes en prevención de riesgos, exceso de horas y la temporalidad, causas en estudio

Un trabajador de 60 años murió tras caer desde este andamio en la pedanía valenciana de Castellar. Foto: I. Cabanes.

La parca se puso el mono de trabajo el pasado mes de enero y dejó un reguero de siete víctimas mortales en accidente laboral en la Comunitat Valenciana, es decir un fallecido cada cuatro días. Una cifra «realmente preocupante», según fuentes de Salud Laboral de UGT, que tras analizar los datos del Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball (Invassat) advierten de que «los recortes presupuestarios, la reforma laboral, la precariedad en el trabajo, la temporalidad y el excesos de horas de trabajo» están provocando un retroceso en materia de seguridad de hasta seis años, con cifras muy similares a 2011.

Y por desgracia no parece algo episódico o pasajero a tenor de los últimos casos ocurridos en la provincia de València este mes de marzo. Un transportista de 53 años muerto al caerle encima tres toneladas de serrín en una empresa de Quart de Poblet, del que informó en exclusiva Levante-EMV a principios de mes, o el reciente siniestro mortal del joven de 30 años que se precipitó desde un noveno piso en un bloque de apartamentos del Perellonet cuando cambiaba el cerramiento de aluminio de una vivienda. Eran Luis Miguel Bernardo, operario de una empresa de Massalavés, y Alfredo Benlloch, de Paterna. Víctimas con nombre y apellidos, familia y una vida detrás que les fue arrebatada cuando precisamente se estaban ganando el pan con el sudor de su frente.

Entre medias de ambos otro accidente laboral explotaba literalmente el pasado 12 de marzo en la pirotecnia de Ricardo Caballer en Olocau cobrándose la vida de Raúl Onielfa, de 41 años y padre de tres niñas. La empresa cumplía con todas las medidas de seguridad, especialmente rigurosas en este sector dado el riesgo que corren sus trabajadores por el material que manejan, pero la carga de trabajo también es en ocasiones uno de los motivos velados de la siniestralidad laboral.

«El nivel de estrés para cumplir unos determinados objetivos y la precarización del mercado de trabajo están llevando a esta situación preocupante, principalmente en el sector servicios», sostiene Marisa Baena, secretaria de Salud Laboral de UGT PV.

2.917 casos más que en 2016

Las estadísticas de accidentes de trabajo en la Comunitat que recopila el Invassat no son nada esperanzadoras. Entre febrero de 2017 y enero de 2018 se produjeron en la Comunitat Valenciana un total de 45.832 accidentes con baja en jornada de trabajo, lo que supone un incremento de 2.917 casos respecto al mismo periodo del año anterior. Asimismo, el índice de incidencia también ha experimentado un aumento del 1,9 % con 3.090 casos por cada cien mil trabajadores.

Después de años en los que se logró reducir la siniestralidad laboral, en este último año se está volviendo a índices similares a los de 2011, que se cerró con 42.472 siniestros que acarrearon baja. «Y esto tiene su reflejo en los accidentes graves», apunta la responsable de UGT, con un aumento del 11,4 %, al pasar de 299 casos en 2016 a los 333 accidentes graves registrados en 2017.

Por sectores, el más castigado sigue siendo el de servicios con 26.927 incidencias laborales que acabaron en baja. Le siguen la industria, con 9.945 casos, la construcción con 5.100, y el sector agrario con 3.860.

Cabe remarcar que en los 45.832 accidentes en la Comunitat no estarían incluidos los siniestros in itinere, ocurridos cuando el trabajador se desplaza a su lugar de trabajo o regresa a casa tras finalizar su jornada laboral. Por ello a esta elevada cifra habría que añadirle los 6.972 accidentes de este tipo que suponen una estadística paralela pero también a tener en cuenta. De ellos, 14 fueron mortales.

Y la cifra real de accidentes laborales podría ser mucho mayor ya que en ocasiones las empresas tratan de enmascarar esta siniestralidad con el llamado «descanso preventivo», según advierte Marisa Baena, figura que no es legal pero que utilizan para que en las estadísticas no aparezca como empleado de baja por accidente en el trabajo.

Pero sin lugar a dudas es precisamente en los accidentes mortales donde se aprecia este preocupante incremento de la siniestralidad en este último año. De hecho, 56 trabajadores perdieron la vida durante el periodo comprendido entre febrero de 2017 y enero de 2018 en la Comunitat Valenciana, diez más que en 2016, lo que supone un aumento del 21,7 por ciento en apenas un año.

Por provincias, en València se ha pasado de 28 casos mortales en 2016 a las 35 víctimas (un 25 % más), mientras que en Castelló el incremento es del 133% con siete muertos por los tres del año anterior. Solamente en la provincia de Alicante esta negra cifra de fallecidos en el trabajo disminuyó en una muerte menos en 2017, con catorce casos.

Muertes evitables

Respecto a los tipos de muertes en el trabajo, la mayor parte vienen derivadas de patologías no traumáticas, con 21 de los 56 casos registrados en la Comunitat. Con doce muertos los accidentes de tráfico en el trabajo siguen siendo otro de los puntos negros de la siniestralidad, aunque los fallecidos por aplastamiento (caso de los precipitados) o tras sufrir una amputación, que suman catorce víctimas, son uno de los mayores problemas ya que son siniestros fácilmente evitables si se cumplen las medidas de seguridad oportunas como el uso de arnés, casco, guantes o botas reforzadas.

En ocasiones es la falta de concienciación de los propios trabajadores la que lleva a este tipo de accidentes. «Se asumen más riesgos por miedo a perder el trabajo», aseveran fuentes de UGT.

Pese a que la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y su modificación de 2003 mejoraron parcialmente la situación de años atrás, UGT defiende que hacen faltan más campañas de concienciación para sensibilizar a los trabajadores y a los empresarios, que «con los recortes ven la prevención de riesgos laborales más como un gasto que como una inversión necesaria».

Así, la secretaria de Salud Laboral de UGT aboga por instaurar la figura del delegado territorial de prevención para las pequeñas empresas, así como la creación de protocolos de actuación para empresas que coinciden en un mismo lugar de trabajo al advertir una falta de coordinación de actividades profesionales. Entre las propuestas de UGT también está la de mayor publicidad de las sanciones por el incumplimiento de las normativas de seguridad y que se mejoren los datos estadísticos para poder trabajarlos posteriormente en profundidad.

Dentro de la siniestralidad laboral merecen una mención aparte las enfermedades profesionales. Según el informe anual del Invassat, en la Comunitat Valenciana se presentaron el pasado año 3.445 partes por enfermedad profesional, de los cuales un 91,9 por ciento fueron causados por agentes físicos. «Tenemos la sensación de que sólo se tienen en cuenta precisamente los agentes físicos. No nos podemos creer que las enfermedades por agentes cancerígenos de origen laboral sean solo un 0,3 por ciento de la enfermedades profesionales declaradas», critica la responsable de Salud Laboral de UGT.

El acoso laboral

Aunque no está reconocida como una enfermedad profesional, el acoso laboral es también uno de los factores que podría explicar este aumento de la siniestralidad laboral. La médico psiquiatra Mayte Lázaro, experta en temas de acoso laboral y que colabora desde hace años con la asociación nacional Pridicam de riesgos psicosociales y discriminación laboral, indica que cualquier persona puede ser víctima de acoso y es responsabilidad del empresario garantizar y velar por un buen ambiente de trabajo porque «tiene una deuda de salud con el trabajador».

La candidata a la presidencia del Colegio de Médicos de València advierte que los porcentajes de acoso laboral en su colectivo son muy altos y que ha detectado escasa sensibilidad ante este problema. Por su parte, el letrado Julio Méndez, de Pridicam, recomienda que ante un caso de acosos la víctima se aleje del foco estresor y acuda al delegado sindical o a la propia asociación en busca de ayuda externa.

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