Ocho trabajadores del Hospital de Manises han disfrutado de un permiso en sus casas hasta que en su puesto de trabajo pasara el peligro de contagio tras el brote de sarampión decretado hace ahora un mes. Se trata de una medida de protección para personal de diferentes categorías y destinos que no podían ser vacunados como el resto de sus compañeros, tal como había decreto la Dirección General de Salud Pública para intentar contener la expansión del virus, altamente contagioso y que llegó a afectar solo en este hospital a cinco profesionales.

Ante el peligro de contagiarse si seguían en sus puestos y la imposibilidad de poder vacunarse por motivos médicos (embarazo u otros situaciones) la empresa decidió aprobar en algunos casos «permisos retribuidos y mandarlos a casa», según confirmaron fuentes del comité de empresa o adelantarles la licencia a las trabajadoras embarazadas ante el riesgo de contagiarse. Los primeros ya han vuelto a su puesto de trabajo ya que ha pasado la ventana de 21 días de posible contagio desde que se decretó el último caso en el hospital, a finales del mes de marzo.

El área de salud de Manises ha sido de los más afectados por el repunte de casos de sarampión (51 confirmados) registrado desde finales del pasado mes de noviembre y que ha puesto en jaque el Plan de Erradicación de la Conselleria de Sanidad y que en 20196 logró rebajar a 7 los casos.

Urgencias, el peor sitio

La acumulación de infectados y la declaración del brote en Manises llevó a Salud Pública a pedir a todos los departamentos que se identificara y se vacunara «de forma urgente» a todo el personal sanitario que no estuviera inmunizado después de comprobar que la mitad de todos los contagios se habían producido dentro de los hospitales: «el lugar de mayor riesgo de transmisión».

De todo el hospital, el servicio de Urgencias es el más «peligroso»: solo en estos espacios sanitarios se han producido «9 contagios entre pacientes y acompañantes y 11 entre personal sanitario». Además de la vacunación masiva de trabajadores, la conselleria también ha pedido a los médicos que tengan en cuenta en sus diagnósticos que la enfermedad no es solo cosas de niños ya que seis de cada diez personas infectadas desde principios de año están en la franja de edad de 22 a 45 años. Por otra parte, desde Salud Pública se ha instado a los profesionales a comprobar el Sistema de Información Vacunal para comprobar que los niños están correctamente vacunados y cuentan con las dos dosis correspondientes.