Clara Pinar Cotaruelo, Bruselas. corresponsal

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, defendió ayer en Bruselas que el Fondo de Solidaridad que creó la UE para hacer frente a las grandes inundaciones del centro de Europa en el verano de 2002 se adecue para destinar fondos para paliar las consecuencias de catástrofes naturales que se dan en España, entre ellos «la gota fría y las torrenteras».

España busca que la propuesta de directiva relativa a la evaluación y gestión de las inundaciones que analizaron ayer los ministros de Medio Ambiente incluya «las características específicas de nuestra orografía» y «una mayor precisión» de fenómenos como la gota fría, a los que también habría que destinar fondos europeos, a través del Fondo de Solidaridad. La petición de Narbona está secunda por todas las comunidades autónomas y fue defendida en representación de todas ellas por el consejero de Medio Ambiente de las Islas Canarias, Domingo Berriel, después de haber consensuado su discurso con los demás consejeros autonómicos. Berriel, manifestó «nuestro interés en que no se centre sólo en atender los problemas de los ríos del norte de Europa, sino también los problemas de la cuenca mediterránea y zonas susceptibles de constituir un riesgo cierto, sea en una zona tradición inundable o no».

La ministra, por su parte, recordó que «en su momento se creó el Fondo de Solidaridad europeo para hacer frente a daños por grandes inundaciones del centro de Europa, pero en estos momentos debe ser revisado», de manera que también se preste «apoyo a paises miembros en todo tipo de catástrofes naturales, no sólo inundaciones» en referencia también a incendios forestales o las sequías. En este segundo punto, España lideró ayer el grupo de nueve paises que hoy propusieron una estrategia común en la UE para gestionar la sequía.

Narbona indicó que en el caso de España ha afectado con especial virulencia en los últimos años, aunque afirmó que no es solo un problema español, puesto que también afecta a Reino Unido, Francia, Grecia o Italia, entre otros. Por eso, España suscribió un documento en el que se afirma que la sequía es «un fenómeno natural» que, sin embargo, «debería gestionarse de manera planificada» y sus efectos financiarse con fondos europeos. «La sequía provoca un gran daño medioambiental y pérdidas socioeconómicas. La provisión de apoyo financiero para prevenir y mitigar estas consecuencias parece, por tanto, esencial. Fondos europeos apropiados dentro de los instrumentos ya existentes tendrían una función a este respecto», indica el documento.

Narbona también se refirió a los planes del Gobierno central para presentar a la CE un nuevo proyecto de trazado para el trasvase Júcar-Vinalopó, que aseguró que llegará a Bruselas antes del mes de junio, teniendo en cuenta que el plazo expira a finales de ese mes.